CARACAS.- La destitución de Humberto Calderon Berti, dejó al descubierto una serie de grietas en la diplomacia del líder de la oposición venezolana. Los embajadores aseguran que no tienen tareas y que los diputados son quienes están llevando las riendas de la política exterior.
El plan diplomático de Guaidó comienza a mostrar sus primeras falencias. La sorpresiva destitución de Calderon como su representante en Colombia sembró en su país y en el exterior varias dudas.
En cuanto a las razones de porque lo destituyó, Guadió aseguró que decidió hacer modificaciones con relación a su política exterior, “a fin de lograr los objetivos trazados” por su gobierno. No ha dicho más desde entonces.
Calderón Berti, por su parte, aseguró que hablará con la prensa de “forma abierta y sin restricción alguna”.
Lo cierto, es que la situación ha provocado un debate de más de 48 horas en el que ni el chavismo se ha abstenido de opinar, pero en el que no quedan claras las razones por las cuales se tomó la decisión de la salida del reputado diplomático ni, particularmente, los tonos y formas a través de los cuales sucedió todo.
Berti, de 78 años, había sido anunciado como embajador de Guaidó en Colombia en febrero de este año. Su paso por la presidencia de la estatal petrolera PDVSA y su desempeño en la política venezolana le hacían un hombre muy respetado en varios círculos de la oposición venezolana.
Poco después de que se conociera la noticia de su destitución, el rotativo venezolano El Nacional, publicó una nota en el que se revelaban las supuestas razones por las cuales Guaidó habría tomado esa decisión.
“Se descubrió que estaba en una conspiración paralela para sacar del juego a Guidó”, sostiene el artículo, en la que citan como fuentes a informantes ligados al círculo cercano del autoproclamado presidente Guaidó.
De acuerdo con el medio venezolano, en la trama habrían participado Calderon Berti, Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia chavista, un hombre de Vladimir Padrino López, Ministro de Defensa, y un peso pesado de los medios de comunicación para lograr que finalmente se diera la transición.
“Les encontramos las conversaciones en un grupo de WhatsApp donde detallaban todo”, afirma la nota, que poco después fue eliminada de la página web del diario, sin mayores explicaciones.
Más allá de esto, lo que quedó en evidencia es una pelea en la huestes opositoras al chavismo, en momentos en que Guidó intenta relanzar la lucha de la oposición en la calle y se percibe que está perdiendo apoyos internos, y que a nivel diplomático, los avances, sin contar el reconocimiento a su gobierno de unos 50 países, parecen estancados.