CIUDAD DE MÉXICO.—Durante el pasado fin de semana, las autoridades llevaron a cabo redadas en las cercanías de una central de autobuses en Ciudad de México, deteniendo a un grupo compuesto por 246 migrantes procedentes de Centroamérica, Venezuela y Haití, según anunció el gobierno este lunes.
El Instituto Nacional de Migración (INM) de México reportó que entre las personas detenidas se encontraban 192 adultos y 54 menores, aunque no proporcionó detalles específicos sobre la nacionalidad de cada uno.
Las operaciones comenzaron el viernes en los alrededores de la terminal de autobuses que se dirigen al norte de México, un lugar donde es habitual observar a migrantes durmiendo en las calles, esperando reunir fondos o conseguir los documentos necesarios para viajar hacia la frontera con Estados Unidos.
«Las personas adultas migrantes fueron trasladadas a diferentes estaciones migratorias para iniciar los procedimientos administrativos correspondientes», declaró el comunicado. Mientras tanto, los menores y sus familias fueron enviados a albergues estatales.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, al ser cuestionado sobre estas detenciones, manifestó en una conferencia de prensa que desconocía los detalles, pero aseguró que su gobierno está comprometido con la protección de los migrantes y la garantía de que se respeten sus derechos humanos.
En otro contexto, en Ciudad Juárez, en la frontera norte de México, los campamentos que albergaban a miles de migrantes han desaparecido tras la reciente ola migratoria de los últimos meses. Sin embargo, activistas de la zona acusan al Gobierno mexicano de violar los derechos humanos de los migrantes con operativos que incluyen el desembarco del tren y la persecución de estas personas.
El área del río Bravo (también conocido como río Grande en Estados Unidos), donde anteriormente se habían instalado más de 1,000 migrantes en campamentos durante los últimos seis meses, ahora se encuentra vacía. Patrullas del INM circulan constantemente para evitar que los migrantes se aproximen al límite con Estados Unidos, incluso desembarcándolos del tren conocido como «La Bestia» antes de que alcancen esa frontera.
Activistas han cuestionado estas acciones de las autoridades migratorias, argumentando que desembarcar a los migrantes del tren y alejarlos del río Bravo atenta contra sus derechos humanos. Rosa Mani Arias, representante de la organización promigrante Abara, señaló en una entrevista con EFE que muchos migrantes resultan heridos y carecen de acceso a atención médica en estas zonas, donde sus derechos están siendo vulnerados.
La región afronta un flujo migratorio sin precedentes de México y Centroamérica, como ha alertado la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que informó a principios de noviembre sobre un aumento anual de más del 60 % en la migración irregular que atraviesa el territorio mexicano en lo que va del año.