WASHINGTON.— La deuda nacional bruta de Estados Unidos alcanzó un tope histórico este martes, al superar los 31 billones de dólares, según información del Departamento del Tesoro.
La información oficial especifica que la deuda bruta estadounidense supera los 31,12 billones de dólares, dividida en tenencias intragubernamentales, las obligaciones de pago de la administración pública con sus propios organismos, y deuda en poder del público, deuda federal en manos de privados, empresas, gobiernos estatales y locales, gobiernos extranjeros y fondos de ahorro.
En el primer caso, la deuda ronda los 7 billones de dólares, mientras que la deuda estadounidense en manos del público asciende a 24 billones de dólares. Según el diario local New York Times, este aumento histórico de la deuda estadounidense llega en un momento en que los tipos de interés han alcanzado una reducción histórica mientras son sustituidos por costos de préstamo más elevados.
La Reserva Federal estadounidense lucha contra la inflación que vive el país norteamericano, en un escenario internacional de movimientos económicos derivados de factores como la crisis de la pandemia de COVID-19, afectaciones en las cadenas de suministro por las sanciones impuestas contra Rusia y el cambio en el flujo de combustibles.
Esta deuda también experimentó su aumento en un contexto de advertencias desde distintos frentes de que el mundo podría entrar en recesión, además de que la incertidumbre contiene a los inversionistas.
La Oficina Presupuestaria del Congreso estadounidense (OBC, por sus siglas en inglés) advirtió en mayo de 2022 los riesgos de un endeudamiento nacional elevado y señaló impactos en el presupuesto federal y en la economía.
Ante la duda de los inversionistas de la capacidad del Gobierno estadounidense de sostener la deuda, podrían dispararse los tipos de interés y conducir a una nueva espiral inflacionaria.
Este escenario general también podría erosionar la confianza en el dólar de Estados Unidos como moneda de reserva internacional, además de complicaciones para el financiamiento de actividad pública y privada en los mercados internacionales.
También los responsables de la política fiscal de Estados Unidos podrían verse limitados en la aplicación de medidas pagadas con deuda para responder a imprevistos.