DAMASCO.- La situación humanitaria no deja de empeorar en el décimo aniversario de la revolución pacífica de los ciudadanos sirios que se levantaron contra Bashar al-Assad, en medio de las Primaveras Árabes, y quien respondió con violencia a las demandas de su pueblo, lo que derivó en una guerra civil.
«Millions of young Syrians have paid a very heavy price in the last 10 years.»@SaraAlZQ speaking to @bbcworldservice about @ICRC‘s new report on the toll the crisis has taken on young people. pic.twitter.com/0aVmMMPDl9
— ICRC UK & Ireland (@ICRC_uk) March 10, 2021
“Dios, Libertad y nada más”, ese fue el reclamo que retumbó al unísono en las plazas y calles de Siria hace diez años.
En las vísperas del aniversario del inicio de la revolución siria por parte de manifestantes prodemocráticos y pacíficos las cifras que arroja el conflicto sirio son escalofriantes.
La guerra siria, la peor crisis humanitaria en la historia reciente, aniquiló cualquier esperanza de cambio para su población, que vio cómo la comunidad internacional no reaccionó, o no supo cómo, ante un gobierno autócrata liderado por Bashar al-Assad.
Para el analista del Instituto de Relaciones Internacionales de Praga, Jan Daniel, las continuas injerencias extrajeras y el constante apoyo de los países occidentales y regionales a las organizaciones terroristas con dinero y armas, prolongó el conflicto sirio.
En una entrevista con el portal checo Seiznam, el analista sostiene que también Estados Unidos y los países occidentales son responsables de haber prolongado la crisis en Siria.
Al mismo tiempo, remarcó que Turquía y otras potencias regionales continúan suministrando armas a terroristas en Siria, lo cual agravó el sufrimiento de la población.
Hoy, diez años después, el saldo del conflicto atraviesa las fronteras, las mismas que cruzaron los más de 5,6 millones de refugiados sirios que durante estos años han salido de a poco del país, lo que representa el mayor éxodo desde la Segunda Guerra Mundial.
Otros sin embargo, no pudieron escapar hacía Turquía o el Líbano por falta de recursos. Se estima que de los 22 millones de ciudadanos sirios que habitaban el país antes de la guerra, más de 6,7 millones de personas son desplazados internos, muchos de ellos han deambulado a lo largo del territorio sirio durante estos años sin poder establecerse en algún lugar.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, más de medio millón de sirios han muerto a causa de la guerra. Unas cifras que los analistas y activistas sirios dicen que son mucho mayores, dado la dificultad para investigar dentro del país por la represión de las fuerzas de Al-Assad, que gobierna el país y se impuso en el conflicto con ayuda rusa e iraní.
Sin dudas, la guerra ha dejado sin futuro digno a una generación de sirios, casi el 90% de los menores necesitas asistencia humanitaria. Las cifras han aumentado un 20% en el último año, agravado por la pandemia del COVID-19.
De igual manera, el 57% de los menores han perdido muchos años de escolarización, según la Cruz Roja Internacional, pero también cargan con las duras secuelas psicológicas que dejan 10 años de atrocidades.