Seguir
Gran parte de los colombianos desea que el presidente que asuma El Palacio de Nariño, trabaje sobre la paz ya lograda por el Gobierno de Juan Manuel Santos. Lo pactado en Cuba permitió el desarme de 7 mil guerrilleros del grupo subversivo más antiguo del continente y algo aún más importante, permitió el cierre de uno de los capítulos más sangrientos de la historia de Colombia.
El 27 de mayo, Colombia se prepara para votar políticamente polarizada, si bien la razón de esta grieta que divide al pueblo no son los acuerdos de paz, el plebiscito jugó un papel determinante cuando los colombianos demostraron su descontento, votando “NO” a lo negociado en La Habana. Desde ese momento el debate entre simpatizantes y detractores de la paz se tomó todos los escenarios de Colombia.
A esté malestar social se suma la poca percepción de los avances en los puntos del acuerdo de paz, porque las inversiones prometidas al campo aún no llegan, la reparación a todas las víctimas es lenta y la Justicia Especial para la Paz que recién comienza su labor vio como su secretario general, Néstor Raúl Correa abandonaba el cargo.
Sin embargo, el desminado avanza a pasos gigantescos en el territorio colombiano, 188 municipios ya fueron declarados libres de sospecha de minas antipersona, un flagelo que llevo a Colombia a ser el segundo país del mundo con más víctimas por esta forma de terrorismo. También hay que resaltar la rápida dejación de las armas que tardó solo 7 meses, a Irlanda le tomó siete años desarmar al I.R.A, además del hecho que por primera vez en la historia de Colombia ex integrantes de la guerrilla participaron como candidatos políticos ocupando 10 curules en el Congreso colombiano como se los garantizó el Gobierno.
El acuerdo de paz no es perfecto, tiene fallas en su puesta en práctica, es un proceso de paz, y como todo sistema toma tiempo y dedicación perfeccionarlo. Es cierto que también se ha visto manchado por el accionar de algunos de sus protagonistas, por ejemplo, la disidencia liderada por alias “Guacho”, responsable del asesinato de los tres periodistas del diario El Comercio de Ecuador, o las acusaciones de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) quien señaló a uno de los líderes de las Farc conocido como Jesús Santrich, de participar en hechos de narcotráfico, luego de apegarse al proceso de paz o la carta de los gobiernos de Suiza, Suecia y Noruega, donde demandan al Gobierno de Santos que justifique en que se invirtieron los más de 200 millones de dólares que donaron para todo el proceso de paz y el postconflicto.
Esta serie de malas noticias para el proceso de paz ha sido muy bien canalizada por el candidato del Centro Democrático Iván Duque y por Vargas Lleras quienes desde el resultado del plebiscito construyeron su relato en contra del “cómo se logró la paz”. Gran parte de la campaña presidencial se gestó a partir de ese momento asegurando, con soberbia, hacerle modificaciones a lo ya acordado.
Esto es lo que proponen los principales candidatos de Colombia en cuanto a materia de paz, sin lugar a duda uno de los principales retos a asumir para el gobierno entrante. Iván Duque por el Centro Democrático y Gustavo Petro por Bogotá Humana lideran las encuestas.
Iván Duque
Centro Democrático.
Duque es el candidato más enfático en la modificación de los acuerdos de paz. El candidato uribista señala que es necesario modificar todo aquello que amenace la institucionalidad como el programa de cultivos ilícitos, para que su entrega no sea voluntaria si no obligatoria, y que cabecillas de la exguerrilla de las Farc no puedan llegar al Congreso de la Nación sin antes haber pagado una pena. Algo que retrocedería lo pactado a sus inicios.
Gustavo Petro
Colombia Humana
Gustavo Petro candidato por el partido Colombia Humana representa la izquierda anti-establishment, y contra todos los pronósticos se metió en la lucha por llegar al Palacio de Nariño. Su llegada a la segunda vuelta es muy probable, algo que no sucedió nunca en la historia de Colombia con un candidato de izquierda. Petro apoya la paz con las Farc pero se muestra crítico con la aplicación de los acuerdos y asegura que “en Colombia no hay un proceso de paz, eso fue un acuerdo para terminar una guerra”. Petro asevera que “la tierra, la salud, la educación y el aparato judicial son temas fundamentales para la construcción de una verdadera paz y no se negocia con la guerrilla sino con la sociedad”. El candidato enfatiza que quien incumpla los acuerdos de paz tendrá que someterse a todo el peso de la justicia.
German Vargas Lleras
Mejor Vargas Lleras
Vargas Lleras celebra los acuerdos de paz y está a favor de la desmovilización, lo que propone es combatir las disidencias de las Farc y a los narcotraficantes con todo el peso militar del Estado, y en palabras del candidato “el que no cumpla ya sabe a qué atenerse”, un planteamiento ya conocido por los colombianos.
Humberto de la Calle
Partido Liberal
Es de los candidatos presidenciales que están a favor del acuerdo de paz. De la Calle señala que el Estado se comprometió a cumplir los acuerdos y “desconocerlos sería un error histórico”, “si bien hay dos partes comprometidas ambas tienen que cumplir su parte, y si no perderán los beneficios”. Claramente el candidato liberal mantendría los acuerdos de paz sin hacerle modificaciones o intimaciones.
Sergio Fajardo
Coalición Colombia
Fajardo se muestra a favor de los acuerdos de paz y asegura que mantendría su compromiso con la paz, ”la palabra está empeñada” y traspasa el poder de decisión sobre los acuerdos a la Corte Constitucional que según el candidato es la que establece los límites de la justicia frente al acuerdo.
Los colombianos nos hemos acostumbrado a la guerra: Durante más de medio siglo fue el pan de cada día. Es un fenómeno que vive en nuestro imaginario, razón por la cual nos cuesta cambiar la mentalidad de la mano firme y el corazón grande. Se necesita pensar de una forma distinta como sociedad para poder entender que otros conflictos pendientes están emergiendo y su solución no puede basarse en eliminar a los adversarios a como dé lugar.
Santiago Escobar Rodriguez es periodista y reportero gráfico, especializado en análisis político latinoamericano, columnista freelance en Global Media Broadcasting USA.