Edmundo González continuará «la lucha» desde España

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MADRID.— El opositor Edmundo González Urrutia, rival de Nicolás Maduro en las controvertidas elecciones del 28 de julio, afirmó que seguirá luchando por la «libertad» de Venezuela desde el exilio tras su llegada a España, donde recibirá asilo político.

«Confío en que pronto continuaremos la lucha por alcanzar la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela», declaró el diplomático de 75 años en un audio de 41 segundos divulgado por su equipo de prensa.

González Urrutia llegó el domingo por la tarde a Madrid con la intención de solicitar asilo, una petición que, según el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, será concedida.

Albares, en una entrevista con Onda Cero, relató que había hablado con el opositor mientras este viajaba en avión hacia España y enfatizó que la concesión de asilo no alteraba la postura política de Madrid ni fue el resultado de negociaciones con Venezuela. «No vamos a reconocer la supuesta victoria de Nicolás Maduro«, añadió Albares con firmeza.

María Corina Machado, también líder opositora, manifestó que la salida de González Urrutia, quien había estado oculto durante un mes al igual que ella, fue indispensable para salvaguardar su libertad y su vida, dado el clima de «brutal represión» en Venezuela.

Antony Blinken, jefe de la diplomacia de Estados Unidos, expresó en la plataforma X que González Urrutia «sigue siendo la mejor esperanza para la democracia» en Venezuela y atribuyó su salida a las medidas represivas impuestas por Maduro.

La partida de González Urrutia es el último capítulo de la crisis política que se desató después de las elecciones presidenciales, en las que Maduro fue reelegido para un tercer mandato en medio de acusaciones de fraude.

Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea, lamentó en un comunicado que en una democracia ningún líder debería verse forzado a exiliarse, y reiteró el llamado a las autoridades venezolanas para que pongan fin a la represión y liberen a los presos políticos.

González Urrutia estuvo escondido desde el 30 de julio y pasó un tiempo en la embajada de Países Bajos en Caracas antes de trasladarse a la española el 5 de septiembre, según detalló Borrell.

El opositor sostiene que ganó las elecciones, a pesar de que el Consejo Nacional Electoral proclamó a Maduro con el 52% de los votos. La autoridad electoral no ha presentado el recuento detallado de votos mesa por mesa, argumentando que su sistema fue objeto de un ataque cibernético.

La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, anticipó la salida de González Urrutia y afirmó que el gobierno le otorgó los salvoconductos necesarios para asegurar la «paz política del país». No obstante, la situación legal del opositor se complicó en los días previos a su salida, con la justicia venezolana investigándolo por la publicación de actas electorales en una página web que supuestamente prueba su triunfo en las elecciones.

Un tribunal especializado en terrorismo ordenó su arresto el 2 de septiembre bajo cargos de «desobediencia de leyes», «conspiración», «usurpación de funciones» y «sabotaje», después de que no se presentara a tres citaciones judiciales.

El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, desestimó la partida de González Urrutia como «el final de una comedia», calificándola irónicamente como «una obra de teatro bufo».

Mientras tanto, la oposición encabezada por Machado afirma que el sitio web con las actas de votación digitalizadas muestra que González Urrutia obtuvo más del 60% de los votos. Sin embargo, el gobierno venezolano ha rechazado este material, calificándolo de fraudulento. Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos han desconocido los resultados y exigen una auditoría de los votos.

La proclamación de Maduro, con el 52% de los votos, desató protestas en todo el país, dejando un saldo de 27 muertos, 192 heridos y 2.400 detenidos.