WASHINGTON.- Mientras que el presidente Nicolás Maduro impulsa medidas desesperadas para rescatar la convulsionada economía venezolana, fiscales estadounidenses investigan si miembros de su familia se han beneficiado de un ardid para desviar 1.200 millones de dólares de la deteriorada petrolera estatal PDVSA, aseguran fuentes a la agencia The Associated Press.
La investigación tomó fuerza esta semana después que un imputado se declaró culpable en una corte federal de Miami, se inscribe en los intentos fiscales estadounidenses de estrechar el cerco alrededor Maduro, que se ha librado de acusaciones de corrupción que han resultado en cargos contra altos funcionarios del régimen venezolano.
El imputado, llamado Matthias Krull, un empleado bancario, admitió haberse puesto de acuerdo con hombres identificados solo como “Los Chamos”, para lavar 200 millones de dólares, que formarían parte de los recursos robados a PDVSA.
Los Chamos son nada más y nada menos que los hijos de la primera dama Cilia Flores, Yoswal, Yasser y Walter Flores e hijastros de Maduro.
Si bien Maduro, su esposa y los hijos de ella no aparecen por su nombre en la denuncia, lo que buscarían los fiscales es cualquier vínculo entre el presidente y su esposa y lo que suponen es una red que ha desviado centenares de millones de dólares de la riqueza petrolera de Venezuela hacia un inmueble de lujo en el sur de Florida, mientras que Venezuela vive hiperinflacíon y escasez generalizada.
Los fiscales estadounidenses han descubierto una red de corrupción generalizada en Venezuela, fraudes y sobornos por miles de millones de dólares relacionados con PDVSA.
Maduro conoció a su esposa en la década del 1990 cuando era una de las abogadas que ayudaba a Hugo Chavez a salir de la cárcel por haber encabezado un intento fallido de golpe de Estado. Tras una relación de dos décadas, se casaron poco después de que Maduro fue elegido en 2013.