WASHINGTON.- Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en el norte de Siria comenzaron este lunes su retirada de las zonas fronterizas con Turquía, abriendo la vía a una ofensiva militar turca contra milicias kurdas y recrudeciendo los viejos temores de un resurgimiento yihadista en esa zona.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, justificó la decisión afirmando que quería dejar que los protagonistas “Turquía, Europa, Siria, Irán, Irak, Rusia y los kurdos”, resuelvan la situación “y que su país debe salir de ridículas guerras sin fin”.
El presidente turco, Receo Tayyip Erdogan, también advirtió este lunes que la largamente anunciada invasión del noreste de Siria para atacar a las milicias kurdas puede ocurrir en cualquier momento, y confirmó que Washington retira sus contingentes de la zona, lo que le da luz verde a Ankara para actuar.
“Hay una frase que usamos siempre: podemos llegar cualquier noche sin aviso”, aseguró el políticos islamista a los medios locales.
Tras conocerse las declaraciones de Erdogan, desde Rusia y desde Francia, que se mostró “extremadamente preocupada” por la posibilidad de una acción militar, han llegado quejas por las declaraciones.
Incluso Trump parece haberse arrepentido de haberle dado carta blanca a Erdogan para atacar a matizó pues aseguró que si “sobrepasa los límites destruirá y arrasará totalmente la economía de Turquía”, señaló el mandatario estadounidense.
Desde hace meses, Turquía y Washington negocian la opción de que tripas turcas ocuparan una franja fronteriza de unos 30 kilómetros en el norte de Siria, al este del río Éufrates, un territorio hasta ahora bajo control de la principal milicia kurdosiria.
En ese lugar, Turquía pretende reubicar a unos 2 millones de refugiados sirios, donde 75 por ciento de la población es kurda.