SEÚL.— Un ejercicio militar conjunto entre los Estados Unidos y Corea del Sur ha tenido lugar recientemente con la participación de cazas F-16 estadounidenses, así como los F-35A y F-15K surcoreanos.
Según el Departamento de Defensa, este entrenamiento ha reafirmado la capacidad de las fuerzas aéreas para trabajar juntas y desplegar rápidamente activos estratégicos de los Estados Unidos en la península de Corea.
Este entrenamiento militar coordinado fue una respuesta directa al reciente lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible sólido por parte de Corea del Norte. El misil balístico voló alrededor de 1000 kilómetros en dirección este antes de caer en el mar fuera de la zona económica exclusiva de Japón.
El 14 de abril, la agencia norcoreana KCNA declaró que este fue el primer ensayo de un nuevo misil balístico intercontinental de combustible sólido, el Hwasong-18.
El Departamento de Defensa advirtió que Seúl y Washington aumentarán la frecuencia y la intensidad del despliegue de activos estratégicos de los Estados Unidos en la península como parte de su política de disuasión extendida contra Pyongyang.
Los activos estratégicos típicamente incluyen portaaviones, submarinos y bombarderos estratégicos de propulsión nuclear.
En las últimas seis semanas, Estados Unidos ha enviado un B-52H en tres ocasiones para ejercicios sobre la península de Corea, incluyendo el miércoles de la semana pasada y el 6 de marzo anterior. Este aumento en la presencia militar estadounidense en la región es un reflejo de la creciente preocupación sobre la amenaza de Corea del Norte y la determinación de Estados Unidos y sus aliados de mantener la seguridad regional y la estabilidad.