JERUSALÉN.- Un panel interministerial del Gobierno de Israel anunció que la empresa judía IDE obtuvo el contrato para construir una gigantesca planta desalinizadora en detrimento de la empresa china Hutchison Holdings de Hong Kong.
El anuncio llegó diez días después de la visita a Israel de Mike Pompeo, secretario de Estado estadounidense, quien presiono abiertamente a las autoridades israelíes para que no colaboren con empresas chinas en sectores sensibles.
El proyecto desalinizador Soreq B se construirá junto a otro que ya existe y está operativo. Se estima que la construcción de la planta costará más de 1.500 millones de euros.
La nueva planta desalinizadora estará lista para el 2023 y será la mayor del mundo de ese tipo. Será capaz de producir 200 millones de metros cúbicos de agua cada año, lo que incrementará la calidad de desanilización de Israel a un 35%.
Pompeo advirtió que las inversiones y las infraestructuras chinas en Israel, que calificó de “virus político”, representan un riesgo para la seguridad de este país y de sus aliados occidentales.