WASHINGTON.- Desde el lunes, Estados Unidos bajará la calificación de su misión a los palestinos al fusionar su consulado de Jerusalén con la embajada en Israel, declaró un funcionario estadounidense.
El sábado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que el anuncio de fusionar las dos oficinas, emitido en octubre, está destinado a mejorar la «eficiencia y eficacia» y no constituye un cambio en la política.
Pero los líderes palestinos han visto la decisión como un movimiento más en su contra por parte de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con quien se congelaron las relaciones después de su decisión de 2017 de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.
No se había anunciado una fecha para la fusión del consulado con la embajada, pero un funcionario del Departamento de Estado dijo a la agencia de noticias AFP en condición de anonimato que «se espera que tenga lugar el 4 de marzo».
El consulado general de Jerusalén, que ha actuado independientemente como una embajada de facto para los palestinos desde los acuerdos de Oslo de la década de 1990, será reemplazado por una nueva unidad de asuntos palestinos dentro de la embajada.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, sostuvo en el momento del anuncio el año pasado: «La fusión no tiene nada que ver con la eficiencia y mucho con complacer a un equipo ideológico de Estados Unidos, que está dispuesto a disolver los cimientos del sistema internacional». Poner el consulado bajo la autoridad de la embajada podría verse como un reconocimiento estadounidense del control israelí sobre Cisjordania y Jerusalén oriental.
El embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman, ha sido partidario de la existencia de asentamientos israelíes en Cisjordania. En el pasado ha expresado dudas sobre una posible solución de dos estados, que tradicionalmente ha sido la base de la diplomacia de Estados Unidos, y desde hace mucho tiempo pedía que la embajada de su país se trasladara de Tel Aviv a Jerusalén.
El funcionario del Departamento de Estado no pudo confirmar los informes de que la residencia del cónsul general en Jerusalén eventualmente se convertiría en el hogar del embajador de Estados Unidos como parte de la mudanza de la embajada a la ciudad en disputa, que ocurrió en mayo pasado.
Trump, quien se espera que haga público su tan esperado plan de paz en los próximos meses, también recortó más de 500 millones de dólares en ayuda humanitaria a Palestina, algo visto como un intento por obligar a sus líderes a negociar. Los líderes palestinos lo llaman un intento de chantajearlos para que acepten un plan destinado a eliminar su causa, y han calificado a Estados Unidos como un «agente deshonesto».
El estatus de Jerusalén, hogar de lugares sagrados para musulmanes, judíos y cristianos, es uno de los temas centrales en el conflicto israelí-palestino. Aunque Israel afirma que Jerusalén es la capital de su estado, su jurisdicción sobre la ciudad no está reconocida internacionalmente. Los palestinos ven la parte oriental de la ciudad como la capital de su futuro estado.
La decisión de Trump de trasladar la embajada a Jerusalén rompió con décadas de consenso internacional en que el estado de la ciudad debe decidirse primero mediante negociaciones entre Israel y los palestinos.