WASHINGTON.- El máximo responsable de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, se mostró decepcionado por la renuncia de Saab Hariri a formar gobierno en el Líbano y exhortó a la clase política del país árabe a dejar de malgastar el tiempo.
“El anuncio de hoy de que dimite el primer ministro designado Saad Hariri es otro acontecimiento decepcionante para el pueblo libanés”, señaló Blinken en una declaración difundida el 15 de julio por el Departamento de Estado.
El secretario de Estado calificó de “crucial que se forme ahora un gobierno comprometido y capaz de implementar la reformas prioritarias”.
Según Blinken, el nuevo gabinete debe comenzar los preparativos para las elecciones parlamentarias de 2022, que deben celebrarse a tiempo y ser libres y justas.
El diplomático estadounidense lanzó un duro reclamo a las élites libanesas por perder el tiempo en medio de la profunda crisis económica que vive el país árabe.
“La clase política del Líbano ha malgastado los últimos nueves meses. La economía libanesa está en caída libre y el gobierno actual no está proporcionando los servicios básicos de una manera confiable. Los líderes de Beirut deben dejar de lado con urgencia las diferencias partidistas y formar un gobierno que sirva al pueblo libanés. Eso es lo que el pueblo de Líbano necesita deseperadamente”, subrayó.
El Líbano vive una profunda crisis política y económica desde otoño de 2019. Dede la enuncia del gabinete de Hassan Diab, en agosto del año pasado, el país no ha podido formar un nuevo Gobierno.
Tras nueve meses de no poder formar un nuevo gobierno, el primer ministro designado Saad Hariri renunció por diferencias con el presidente Michel Aoun.
La inestabilidad política del país árabe, además de un conflicto religioso innegable profundiza la crisis económica que se asocia a la falta de capacidades legales de los Gobiernos interinos de implementar reformas estructurales.
Desde 2019, la moneda nacional, vinculada al dólar desde hace más de tres décadas, ha ido devaluándose perdiendo más del 90% de su valor. Poco después de la renuncia de Hariri, la libra libanesa volvió a caer en un nuevo mínimo histórico.