WASHINGTON.— Las sanciones financieras establecidas por Estados Unidos, Canadá y las diferentes naciones europeas buscan identificar y congelar todos los activos, o por lo menos la gran mayoría de las élites y las familias “oligarcas” que están aliadas y son allegadas a Vladímir Putin.
En ese contexto, dentro de la lista de activos entrarán los lujos como yates, jets, automóviles y demás bienes que las élites que financian o podrían ayudar a financiar a Rusia.
En ese sentido, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos prohibió las transacciones con el Banco Central de Rusia como también las operaciones de su Embajada en Minsk.
Además, Washington también sancionó a partir del 28 de febrero al director ejecutivo del Fondo Ruso de Inversión Directa.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitirá licencias para permitir ciertas transacciones con el sector exportador energético ruso, pero aseguró que su país está listo para continuar imponiendo sanciones a Rusia hasta que cese su intervención en Ucrania.
Estas nuevas sanciones complementan las primeras con el fin de aislar la economía y el sistema financiero de Rusia, ya que la primera batería de ellas fue para persuadir al Kremlin, que no tuvieron mucho efecto sobre él.