El Ártico podría desencadenar otra pandemia

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Pandemia

SALUD.— El calentamiento global podría poner a los virus del Ártico en contacto con nuevos entornos y huéspedes, lo que aumentaría el riesgo de «propagación viral«, según una investigación publicada este miércoles  en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.

Los virus necesitan huéspedes como los humanos, los animales, las plantas o los hongos para replicarse y propagarse, y ocasionalmente pueden saltar a uno nuevo que carezca de inmunidad, como se vio durante la pandemia de COVID-19.

Los científicos de Canadá quisieron investigar cómo el cambio climático podría afectar al riesgo de propagación examinando muestras del paisaje ártico del lago Hazen.

Se trata del mayor lago del mundo situado totalmente al norte del Círculo Polar Ártico, y «era realmente distinto a cualquier otro lugar en el que haya estado«, declaró a la AFP el investigador Graham Colby, ahora estudiante de medicina en la Universidad de Toronto.

El equipo tomó muestras del suelo que se convierte en el lecho de un río para el agua derretida del glaciar en verano, así como del propio lecho del lago, lo que requirió quitar la nieve y perforar a través de dos metros de hielo, incluso en mayo, cuando se llevó a cabo la investigación.

Utilizaron cuerdas y un motonieve para elevar el sedimento del lago a través de casi 300 metros de agua, y luego se secuenciaron las muestras en busca de ADN y ARN, los planos genéticos y mensajeros de la vida.

«Esto nos permitió saber qué virus hay en un entorno determinado y qué huéspedes potenciales hay también», dijo Stephane Aris-Brosou, profesor asociado del departamento de biología de la Universidad de Ottawa, que dirigió el trabajo.

Pero para averiguar la probabilidad de que saltaran de huésped, el equipo tuvo que examinar el equivalente del árbol genealógico de cada virus y huésped. «Básicamente, lo que tratamos de hacer es medir la similitud de estos árboles», dijo Audree Lemieux, primera autora de la investigación.

Así, utilizando un algoritmo informático para contextualizar los virus con los animales, las plantas y los hongos huéspedes presentes en la zona, el equipo pudo calcular el riesgo de propagación viral: es decir, la capacidad de los virus de inundar nuevas especies huéspedes y seguir propagándose, como hizo el SARS-CoV-2 al pasar de las poblaciones de animales salvajes a los humanos.