TOKIO.— El Banco de Japón (BOJ, por sus siglas en inglés) revisó al alza sus proyecciones de inflación este jueves y ofreció una visión menos pesimista de la economía en comparación con hace tres meses, manteniendo viva la posibilidad de reanudar las subas de tasas de interés este año.

El banco central también advirtió que los aumentos persistentes en los precios de los alimentos podrían influir en las percepciones del público sobre la evolución futura de los precios y elevar la inflación subyacente, señalando su creciente preocupación por los riesgos alcistas en materia de precios.

En una decisión ampliamente anticipada, el BOJ mantuvo sin cambios su tasa de política monetaria de corto plazo en 0,5%, con un voto unánime.

La entidad reiteró su compromiso de seguir aumentando el costo del crédito si la evolución económica y de precios se mantiene en línea con sus proyecciones, y agregó que Japón experimentará aumentos salariales y de precios que empujarán la inflación subyacente hacia su objetivo del 2%.

«Si la economía y los precios evolucionan como esperamos, anticipamos continuar subiendo las tasas de interés y ajustar el grado de apoyo monetario en función de las mejoras en los datos económicos y de precios», dijo el gobernador del BOJ, Kazuo Ueda, en una conferencia de prensa posterior al anuncio.

En un informe trimestral publicado tras la decisión, el banco central señaló que hubo algunos «avances positivos» en políticas comerciales, incluyendo el acuerdo bilateral firmado este mes entre Japón y Estados Unidos.

Reforzando su optimismo cauteloso, el BOJ señaló en el informe que la incertidumbre en torno al impacto de la política comercial estadounidense «sigue siendo alta», una visión menos negativa que en mayo, cuando calificó dicha incertidumbre como «extremadamente alta».

El banco también revisó fuertemente al alza su pronóstico de inflación para el actual año fiscal y sostuvo que los riesgos sobre el panorama de precios están «aproximadamente equilibrados». Esta evaluación es más agresiva que la de mayo, cuando advertía que los riesgos estaban «inclinados a la baja», una señal de que el BOJ se muestra ahora más convencido de que Japón está avanzando hacia el cumplimiento de las condiciones necesarias para nuevas subas de tasas.

Tras el anuncio del BOJ, el yen subió ligeramente hasta 148,60 por dólar, mientras que el rendimiento del bono gubernamental japonés a 5 años subió levemente hasta 1,105%.

«Que se haya elevado el pronóstico de inflación sugiere una mayor probabilidad de suba de tasas, por eso el yen está repuntando un poco», dijo David Chao, estratega global de mercados para Asia-Pacífico en Invesco (Singapur).
«El anuncio de hoy aumenta las chances de un alza de tasas antes de lo previsto. Es posible que veamos una suba ya en octubre».

El acuerdo comercial firmado este mes entre Japón y el presidente Donald Trump reduce los aranceles estadounidenses a importaciones clave como automóviles, lo que alivia la presión sobre la economía japonesa —altamente dependiente de las exportaciones— y despeja un obstáculo importante para futuras subas de tasas por parte del BOJ.

Este desarrollo positivo contrasta con el panorama sombrío que rodeaba a la economía cuando el BOJ publicó sus estimaciones trimestrales anteriores, en mayo, en pleno pico de turbulencia de los mercados provocada por los agresivos aranceles «recíprocos» de Trump.

No obstante, el BOJ rebajó su evaluación sobre el consumo por primera vez desde marzo del año pasado, y advirtió que este se estancaría temporalmente debido a la presión de los precios elevados.

En el informe, el banco central revisó al alza su previsión de inflación subyacente (índice de precios al consumidor sin alimentos frescos) para el actual año fiscal, del 2,2% al 2,7%. Espera que la inflación alcance el 1,8% en el año fiscal 2026 y el 2,0% en 2027.

Reflejando su cautela ante la presión inflacionaria, el BOJ advirtió que los aumentos en los precios de los alimentos podrían «persistir por más tiempo del esperado» y tener efectos de segunda ronda sobre la inflación subyacente.

El BOJ salió de su política de estímulo monetario masivo, que duró una década, el año pasado y subió la tasa al 0,5% en enero, al considerar que Japón avanzaba hacia un cumplimiento sostenible de su objetivo inflacionario.

Aunque el gobernador Ueda había señalado una pausa en las subas de tasas tras el anuncio de Trump del 2 de abril sobre nuevos aranceles «recíprocos», el reciente acuerdo comercial entre Japón y EE.UU. reavivó las expectativas del mercado de que el BOJ podría subir su tasa de corto plazo al 0,75% antes de fin de año.

Una encuesta de Reuters, realizada antes del anuncio del acuerdo comercial entre Japón y EE.UU., mostró que la mayoría de los economistas espera que el BOJ vuelva a subir las tasas antes de que termine 2025.