SANÁ.- Martin Griffiths, el enviado especial de las Naciones Unidas para Yemen, ha llegado a la ciudad capital del país en guerra, Saná, por su renovado esfuerzo para que las partes en conflicto se sienten a la mesa de negociaciones.
Griffiths, cuyos esfuerzos para iniciar las conversaciones de paz se derrumbaron en septiembre, intentará que los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, y el gobierno, apoyado por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, vuelvan a sentarse a conversar.
El diplomático había dicho el 16 de noviembre que las partes de Yemen han dado «firmes garantías» de que están comprometidas a asistir a las conversaciones de paz que espera convocar en Ginebra antes de fin de año para acordar un marco para la paz bajo un gobierno de transición.
Sin embargo, a principios de la semana estallaron intensos combates en la ciudad portuaria de Hudaida, en Yemen, que ahora es el foco de la guerra, rompiendo una calma en la violencia que había generado esperanzas de un alto el fuego entre las dos partes. Los aviones de guerra de la coalición saudí realizaron ataques aéreos contra posiciones hutíes en la ciudad, estratégica por ser la vía de ingreso para más del 70 por ciento de las importaciones en el país.
El grupo hutí había anunciado el lunes que estaba deteniendo los ataques con aviones no tripulados y misiles contra Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y sus aliados yemeníes, en una de sus mayores concesiones desde que abandonó la ciudad portuaria del sur de Adén en 2015. El grupo también dijo que estaba listo para un alto el fuego más amplio.