SANÁ.- Se espera que el enviado especial de las Naciones Unidas para Yemen, Martin Griffiths, se reúna con los funcionarios hutíes en la capital del país para discutir formas de implementar el frágil alto el fuego en la estratégica ciudad portuaria de Hudaida.
Está programado que Griffiths mantenga conversaciones con los líderes del grupo opositor sobre el alto el fuego el sábado, antes de reunirse con Patrick Cammaert, un general holandés retirado, que encabeza el equipo de monitoreo de tregua en la ciudad portuaria. Se espera también que el enviado de la ONU viaje a Arabia Saudita para reunirse con el presidente exiliado de Yemen, Abd-Rabbu Mansour Hadi, y otros altos funcionarios del gobierno.
Según la agencia de noticias AFP, la visita de Griffiths a Arabia Saudita intentará reunir a las partes en conflicto a finales de este mes, posiblemente en Kuwait, para hacer un seguimiento del «progreso» logrado en las conversaciones del mes pasado. Según ese acuerdo, el primer avance significativo en los esfuerzos de paz desde que estalló la guerra en 2014, se esperaba que los hutíes entregaran el control de los puertos de Hudaida, Saleef y Ras Isa a «autoridades locales de conformidad con la ley de Yemen».
Sin embargo, ambas partes han estado en desacuerdo sobre la redacción del acuerdo. El gobierno lo ha interpretado en el sentido de que el puerto debe ser entregado a los funcionarios, que administraban las instalaciones antes de que los hutíes se apoderaran de la ciudad de Hudaida a fines de 2014. Mientras tanto, los hutíes insisten en que el acuerdo se refiere a los funcionarios que actualmente manejan el puerto, que son sus aliados.
También ha habido desacuerdos sobre la redistribución de fuerzas. En virtud del acuerdo, se esperaba que los opositores y las fuerzas leales al gobierno yemení se retiraran de la ciudad portuaria, y que el alto el fuego entrara en vigencia en toda la gobernación. Sin embargo, ambas partes se han acusado mutuamente de violar la tregua, con el sonido de misiles y disparos automáticos casi a diario para los miles de civiles que aún residen en la ciudad.
La coalición saudí-emiratí, que apoya al gobierno yemení, acusó a los rebeldes de realizar 268 ataques entre el 18 y el 30 de diciembre. Mientras tanto, los hutíes han acusado a la coalición de bombardear varias áreas controladas por los rebeldes.
Yemen ha sido destrozado por la violencia desde 2014, cuando los hutíes tomaron el sur de su bastión de Saada y atacaron gran parte del país, incluida la capital, Saná, donde derrocaron al gobierno internacionalmente reconocido de Hadi, que debió huir hacia Riad. El conflicto se intensificó en 2015 cuando Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que acusan a los hutíes de ser apoderados iraníes, lanzaron ataques aéreos contra las posiciones hutíes en un intento de reincorporar a Hadi.