BRUSELAS.— La inflación interanual de la Eurozona alcanzó el 2,0% en octubre, ligeramente por encima del pronóstico del 1,9% y del 1,7% registrado en septiembre, de acuerdo con los datos preliminares de Eurostat.
Este aumento estuvo en línea con el objetivo del Banco Central Europeo (BCE), aunque sigue generando debate sobre la estabilidad de la inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como energía y alimentos no procesados. La inflación subyacente se mantuvo en un 2,7% en octubre, igual que en septiembre y también dentro de las proyecciones de los economistas, quienes esperaban un 2,6%.
Este repunte de la inflación refleja una desaceleración de la deflación energética, a la vez que los precios de servicios y bienes alimentarios continúan al alza, agregando presión a la economía de la Eurozona en un contexto de políticas monetarias restrictivas.
A pesar de la caída de los precios energéticos y un leve ajuste en los bienes industriales, factores como la volatilidad de los precios de alimentos y el persistente crecimiento salarial están impulsando la inflación, especialmente en economías grandes como Alemania y Francia.
La próxima reunión del BCE podría discutir la respuesta adecuada a estas cifras, considerando que se espera que la inflación se mantenga cerca del 2,5% en 2024. La entidad ha sido cautelosa con recortes de tasas en un contexto de políticas monetarias desacopladas con Estados Unidos, situación que afecta la inversión y el tipo de cambio, elementos críticos en el panorama macroeconómico europeo