ARGEL.- El presidente de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, renunció con efecto inmediato, según los medios estatales, cediendo el poder ante las masivas protestas callejeras contra su gobierno de 20 años.
El líder enfermo, de 82 años de edad, anunció su renuncia en una carta publicada el martes por la agencia de noticias APS, pocas horas después de que el jefe del ejército exigiera una acción inmediata para destituirlo.
«Mi intención es contribuir a calmar las almas y las mentes de los ciudadanos para que puedan llevar colectivamente a Argelia al futuro mejor al que aspiran», sostuvo Bouteflika en la carta al presidente del Consejo Constitucional.
«He tomado esta decisión para evitar los conflictos que distorsionan, lamentablemente, la situación actual, y evitar que se conviertan en escaramuzas graves, para garantizar la protección de las personas y los bienes», agregó.
El anuncio provocó celebraciones en Argel, la capital de Argelia, con cientos de personas cantando y agitando banderas frente a la oficina central de correos de la ciudad.
Las protestas contra Bouteflika estallaron a fines de febrero, cuando el presidente de larga data, que rara vez se ha visto en público desde que sufrió un derrame cerebral en 2013, anunció un plan para buscar un quinto mandato en las elecciones programadas para abril.
Cientos de miles de personas, durante varias semanas, tomaron las calles de Argel y otras ciudades importantes pidiendo la renuncia del mandatario.
El 11 de marzo, Bouteflika trató de calmar los disturbios abandonando su candidatura a la reelección. Sin embargo, demoró indefinidamente el voto presidencial y anunció que solo dimitiría una vez que se aprobara una nueva Constitución y se eligiera a su sucesor.
Pero la ira pública siguió aumentando, lo que provocó que aliados clave del partido gubernamental abandonaran al presidente. Ahmed Gaid Salah, jefe del ejército, la semana pasada pidió que se declarara a Bouteflika como no apto para gobernar, y el lunes, el asediado líder dijo que renunciaría antes de que finalice su mandato el 28 de abril.
El martes, Salah reiteró nuevamente su demanda de procedimientos de juicio político y dijo: «No hay más espacio para perder el tiempo». «Decidimos claramente apoyar a la gente para que todas sus demandas se cumplan», agregó.
La presión se había incrementado durante la jornada del martes y los grupos de la oposición exigieron que Bouteflika se fuera inmediatamente, mientras que cientos de estudiantes marcharon por Argelia para exigir el reemplazo de un sistema político ampliamente considerado como incapaz.
La renuncia de Bouteflika pondrá a su aliado, Abdelkader Bensalah, presidente de la cámara alta del Parlamento, a cargo como presidente provisional durante 90 días hasta que se celebren las elecciones.
Nazim Taleb, del movimiento opositor Rachab, sostuvo que es necesario un consejo de transición para allanar el camino para una elección libre y justa en el país. «Bensalah y el ejército no facilitarán una elección libre. Las personas más confiables de Bouteflika todavía son parte del sistema. No quieren una elección libre porque podrían terminar en la cárcel», afirmó.
El pueblo argelino «desea supervisar la elección, controlar el proceso para que pueda haber un voto justo que refleje la voluntad del pueblo», instó Taleb, y agregó que el movimiento Rachab estaba abierto a incluir representantes del ejército en cualquier cuerpo de transición.