SEÚL.— El martes, la Marina surcoreana informó que el portaaviones de propulsión nuclear USS Carl Vinson llegó al puerto de Busan, ubicado aproximadamente a 350 kilómetros al sureste de Seúl. Esta llegada representa una nueva exhibición del mecanismo de disuasión que han establecido Washington y Seúl frente a Pyongyang.
Acompañado por su grupo de ataque, el navío busca «aumentar la visibilidad regular de los activos estratégicos de Estados Unidos, cumplir con las promesas de disuasión ampliada y mejorar la postura de defensa combinada», explicaron las Fuerzas Navales surcoreanas en un comunicado.
La llegada del buque se enmarca en el fortalecimiento de la disuasión extendida o ampliada, un acuerdo entre Washington y Seúl este año. Esto ha implicado un aumento en la frecuencia de despliegue de armas estratégicas por parte del Pentágono en la península y la formación del Grupo de Consulta Nuclear (NCG), destinado a coordinar respuestas de Estados Unidos ante posibles ataques de Corea del Norte, incluyendo opciones nucleares.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, ya había anunciado la llegada del USS Carl Vinson la semana pasada. Esta es su tercera visita a Corea del Sur este año, después de las visitas del USS Nimitz en marzo y del USS Ronald Reagan en octubre.
La llegada del USS Carl Vinson muestra «la sólida postura de defensa combinada» y «la firme determinación de responder al avance de las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte», afirmó Kim Ji-hoon, director del centro de operaciones marítimas de la flota surcoreana, según el comunicado.
La llegada del USS Carl Vinson se produce poco después de que Pyongyang notificara una ventana de lanzamiento que abarca del 22 de noviembre al 1 de diciembre para intentar poner en órbita su primer satélite de reconocimiento. Seúl y Washington consideran esta acción una violación de las sanciones de la ONU que prohíben a Corea del Norte probar tecnología de misiles balísticos.
El jefe de operaciones del Estado Mayor Conjunto surcoreano, Kang Ho-pil, afirmó que Seúl tomará las «medidas necesarias» si Pyongyang avanza con el lanzamiento, probablemente suspendiendo parcialmente un acuerdo intercoreano de 2018 destinado a reducir la tensión militar en las zonas fronterizas entre ambos países, que técnicamente aún están en guerra.