WASHINGTON.—El resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos no solo definirá el futuro de la nación, sino que también será crucial para Ucrania.
Hasta ahora, Estados Unidos ha sido el principal aliado de Ucrania en su defensa frente a la invasión rusa, proporcionando bajo el liderazgo de Joe Biden inteligencia militar, fondos y armamento avanzado por casi 175 mil millones de dólares.
El ganador de las elecciones del 5 de noviembre tendrá en sus manos el futuro de Ucrania, y cuando el nuevo presidente asuma el 20 de enero de 2025, la guerra ya habrá cumplido casi tres años.
Según Michaela Mattes, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos enfrenta tres opciones: «reducir la ayuda a Ucrania, mantener el statu quo o adoptar una postura más firme».
La candidata demócrata y actual vicepresidenta, Kamala Harris, ha dejado claro su compromiso con Ucrania. De acuerdo con Shawn Donahue, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Buffalo, Harris mantendría el apoyo hasta donde sea necesario e incluso podría autorizar el uso de armas de largo alcance estadounidenses contra blancos en Rusia.
Mattes coincide en que, como mínimo, Harris sostendría el statu quo, mantendría las sanciones contra Rusia y quizás adoptaría una posición más firme para fortalecer su imagen de liderazgo. Para Harris, la seguridad europea y la estabilidad global están en juego, viendo a Rusia como una amenaza que ha violado el derecho internacional y ha actuado de forma inmoral.
Por su parte, el candidato republicano, Donald Trump, tiene un enfoque distinto hacia Ucrania, respaldado por asesores que comparten su visión. Con un historial complejo respecto a Ucrania, que incluye su intento de presionar al presidente Zelenski para que investigara a Biden, Trump sostiene que la guerra no habría ocurrido si él hubiera sido presidente, apoyándose en su relación con el presidente ruso, Vladímir Putin.
Ahora promete acabar con el conflicto “en 24 horas” si es reelegido, aunque no ha dado detalles de cómo lo haría. Muchos interpretan que su plan de paz podría beneficiar a Rusia, forzando a Ucrania a aceptar una congelación del conflicto en las líneas actuales, lo que supondría la pérdida de territorio ucraniano, según Donahue.
Trump también ha insistido en que Europa debería asumir una mayor parte del apoyo a Ucrania, señala Dominik Tolksdorf, investigador del Global Governance Institute y miembro asociado del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores. Si Estados Unidos redujera su respaldo, los gobiernos europeos tendrían dificultades para sostener a Ucrania por su cuenta, lo que podría dar al Kremlin un mayor margen para imponer sus condiciones a Ucrania.