WASHINGTON.— Una fuente de energía externa podría ser la causa del misterioso “síndrome de La Habana” que afectó a diplomáticos y militares estadounidenses, según consignan los servicios de inteligencia de Estados Unidos, respaldando así la tesis de ataques deliberados.
Un panel de expertos en tecnología y médicos convocados por los distintos organismos de inteligencia estadounidenses descubrió que ondas electromagnéticas y de ultrasonido, emitidas desde distancias cercanas, podrían causar la combinación única de síntomas en algunos de los llamados “incidentes de salud anómalos”.
Existe tecnología que provoque los síntomas reportados por primera vez en funcionarios en La Habana Cuba en 2016, como dolores de cabeza, náuseas, mareos, incluso algunos presentaron daños neurológicos.
De los cientos de casos informados “no se puede explicar fácilmente por condiciones ambientales o médicas conocidas y podría “deberse a estímulos externos”, según un extracto de su informe hecho público por el director de la inteligencia estadounidense.
Los expertos dijeron que es posible crear dispositivos ocultares que, utilizando cantidades moderadas de energía, dirigirán la energía electromagnética a las ondas de ultrasonido para causar daños en una persona determinada.
Centrados solo en las posibles causas de la enfermedad, los expertos no afirmaron si esos dispositivos existen. Tampoco concluyeron si esos ataques ocurrieron, ni sugirieron quien podría haber estado detrás de ellos.