ANKARA.— El presidente turco, Tayyip Erdogan, afirmó el lunes que las protestas por el encarcelamiento del alcalde de Estambul se habían convertido en un «movimiento de violencia» y que el principal partido opositor sería responsabilizado por los policías heridos y los daños a la propiedad.
La detención el pasado miércoles del alcalde Ekrem Imamoglu, principal rival político de Erdogan, ha provocado las mayores protestas callejeras en Turquía en más de una década. El domingo, un tribunal ordenó su encarcelamiento mientras espera juicio por cargos de corrupción, que él niega.
El opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP) y sus seguidores sostienen que los cargos contra Imamoglu tienen motivaciones políticas y son antidemocráticos, algo que el gobierno de Erdogan rechaza.
A pesar de la prohibición de reuniones en muchas ciudades, las manifestaciones antigubernamentales, en su mayoría pacíficas, continuaron por sexto día consecutivo el lunes, con cientos de miles de personas participando y el líder del CHP, Ozgur Ozel, reiterando su llamado a continuar con las protestas a nivel nacional.
Tras una reunión de gabinete en Ankara, Erdogan instó al CHP a dejar de «provocar» a los ciudadanos.
«Como nación, observamos con sorpresa los eventos que surgieron después de que el líder de la oposición llamara a tomar las calles, tras una operación contra la corrupción en Estambul, convirtiéndose en un movimiento de violencia«, declaró el mandatario de 71 años.
«La oposición es responsable de nuestros policías heridos, de los vidrios rotos de los comerciantes y de los daños a la propiedad pública. Serán responsables por todo esto, políticamente en el Parlamento y legalmente en la justicia», añadió.
El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, acusó a algunos manifestantes de «convertir las calles en un caos» y amenazar la seguridad nacional. Dijo que 1.133 personas habían sido detenidas en cinco días de protestas y que 123 policías resultaron heridos.
Una delegación del CHP se reunió con el gobernador de Estambul para discutir la represión policial contra los manifestantes. El jefe del CHP en Estambul, Ozgur Celik, dijo que la intervención policial del domingo había sido la más violenta hasta ahora, con muchas personas hospitalizadas.
Ante una multitud de cientos de miles frente a la sede del municipio de Estambul en Sarachane, el líder del CHP, Ozel, llamó a boicotear medios, marcas y tiendas afines a Erdogan, y reiteró que los cargos contra Imamoglu eran «infundados y sin pruebas».
«Cada vez que Tayyip Erdogan encarcela injustamente a alguien, esta plaza los defiende, por la democracia y por Turquía», afirmó Ozel, quien también instó a continuar con las protestas mientras los manifestantes ondeaban banderas y coreaban consignas pidiendo la renuncia del gobierno.
Ozel agregó que su partido apelaría para que Imamoglu sea liberado mientras espera juicio y para que el proceso sea transmitido por la televisión estatal TRT. También desafió a Erdogan a un debate televisado y pidió a los manifestantes mantener el orden público y evitar enfrentamientos.
Reacción policial y repercusiones internacionales
Momentos después del discurso de Ozel, la policía utilizó balas de goma, gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes en Estambul, arrestando a varias personas. En Ankara, los manifestantes se interpusieron frente a camiones con cañones de agua y pidieron a la policía que los dejara marchar en paz.
El encarcelamiento de Imamoglu, de 54 años, se produjo el mismo día en que el CHP celebró unas primarias para nombrarlo candidato presidencial, en las que obtuvo unos 15 millones de votos.
Los principales periódicos turcos publicaron la noticia en sus portadas el lunes, mientras que la prensa opositora interpretó la detención como un intento de frenar al rival más fuerte de Erdogan.
Los partidarios del alcalde afirman que su arresto evidencia la falta de justicia en Turquía. «Creo que se ha cometido una injusticia contra Imamoglu. Lo han metido en la cárcel sin razón«, dijo Adem Bali, un trabajador de la construcción de 22 años.
Grupos de derechos humanos y países europeos denunciaron que la detención de Imamoglu representa un retroceso democrático y criticaron la represión policial. Alemania afirmó que esto hacía que la aspiración de Turquía a unirse a la Unión Europea «parezca cada vez más vacía».
El lunes, se pospuso una reunión del Comité Parlamentario Conjunto UE-Turquía debido a que «las circunstancias actuales no son propicias» para su realización, según un comunicado.
Un funcionario del CHP dijo que el partido apelará esta semana la decisión de la Universidad de Estambul de anular el diploma de Imamoglu, requisito para su candidatura presidencial, y que los abogados están preparando recursos contra su arresto.
Impacto económico
Erdogan, que domina la política turca desde hace más de dos décadas y no enfrenta elecciones en el corto plazo, afirmó que los recientes acontecimientos demostraban que el CHP no está capacitado para gobernar ni siquiera municipios, mucho menos el país.
También trató de tranquilizar a los inversores, que la semana pasada vendieron activos turcos tras la detención de Imamoglu, provocando caídas en la bolsa, los bonos y la lira, lo que llevó al banco central a intervenir con ventas de divisas y otras medidas de estabilización.
«Nuestra prioridad es proteger la estabilidad macrofinanciera. El Ministerio de Finanzas, el Banco Central y todas las instituciones relevantes están trabajando día y noche en total coordinación, tomando todas las medidas necesarias», aseguró Erdogan.
El índice bursátil de Estambul (.XU100) recuperó parte de sus pérdidas el lunes, después de caer un 16,6% la semana pasada, su peor desplome desde la crisis financiera global de octubre de 2008.
Los analistas prevén un período prolongado de inestabilidad política e incertidumbre.
«Las protestas representan la reacción pública más importante y extendida en más de una década, lo que hace difícil predecir el rumbo de los acontecimientos», señaló Wolfango Piccoli, copresidente de la consultora Teneo.
«Una vez más, la agenda política del presidente Erdogan ha causado un daño significativo a la perspectiva económica de Turquía», concluyó.

