KABUL.- El máximo responsables militar de Australia admitió este jueves la existencia de pruebas concretas de que sus fuerzas especiales “mataron ilegalmente” a por lo menos 39 civiles afganos y no combatientes, tras la publicación de una extensa investigación.
“Al pueblo afgano, en nombre de la fuerza de defensa australiana, le presento sinceramente y sin reservas mis disculpas por cualquier acto reprensible por parte de los soldados australianos”, declaró Angus Campbell, general.
“Algunas patrullas hicieron caso omiso de la ley, se infringieron reglas, se inventaron historias, se contaron mentiras y se mató a prisioneros”, agregó el jefe del Ejército de Australia.
Los 25 miembros de las fuerzas especiales acusados de quebrantar la ley en 23 incidentes “mancharon” su regimiento, las Fuerzas Armadas y Australia, añadió, recomendando que se abra un proceso por crímenes de lesa humanidad.
“Este balance vergonzoso incluye supuestos casos en los que nuevos miembros de patrulla fueron obligados a disparar contra un prisionero para efectuar su primer asesinato, en un práctica espantosa conocida bajo el nombre de blooding”, explicó Campbell.
Además, pidió la revocación de algunas medallas otorgadas a las fuerzas especiales que estuvieron estacionadas en Afganistán entre 2007 y 2013.
Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, más de 26.000 soldados australianos fueron enviados a Afganistán para combatir junto a los estadounidenses contra los talibanes, Al Qaida y otros grupos radicales.
Las tropas australianas dejaron el país en 2013 pero desde entonces se han revelado una serie de actos, brutales, sobre la conducta de las unidades élite en el país de Oriente Medio.