WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) aportó una respuesta a los países sobre la forma de alcanzar los objetivos del acuerdo de París sobre el clima: deben imponer una tasa al CO2 de 75 dólares por tonelada emitida en la próxima década.
Dos economistas del FMI calcularon en un informe que esa tasa, si se impone a los países del G20, permitiría reducir las emisiones para limitar el calentamiento del planeta a 2 grados centígrados de aquí al 2.100, el límite superior fijado por París.
La temperatura mundial es ahora de 1 grado centígrado más que a finales del XIX y, de continuar con ese patrón, llegará a +3 grados de aquí a finales de siglo.
Si tasan de forma ambiciosa las energías más contaminantes, los Estados acelerarán los cambios de comportamiento de los consumidores, que se verán incitados a consumir menor energía o comprar vehículos eléctricos.
Sin embargo, la tasa variaría mucho según los países, sostiene el informe. Por ejemplo, Suecia cobra 127 dólares por tonelada emitida, el impuesto al carbono más alto del planeta, mientras que en la Unión Europea la tasa es de 25 dólares.
El impuesto pretendido por el FMI afectaría sobre todo al carbón, ya que es la forma de energía que mas emite dióxido de carbono.
Expertos del FMI calculan que una tasa al carbono de al menos 50 dólares en 2030 para los países desarrollados del G20, y de 25 dólares para las economías emergentes, duplicaría las reducciones respecto a los compromisos actuales del países.
Los ingresos fiscales logrados con esa medida serían altos: entre el 0,5 y 4,5% de la riqueza nacional, según los países. Se podrían utilizar para reducir otros impuestos o ser redistribuidos a los hogares más pobres, sugieren los autores del informe.