PARÍS.- La huelga contra la reforma de la pensiones que promueve el presidente de Francia, Emmanuel Macron, está provocando este jueves fuertes perturbaciones en el transporte ferroviario y aéreo, así como el cierre de colegios y diversas instituciones culturales.
La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) advierte que solo circulan uno de cada diez trenes de alta velocidad TGV, de los de cercanías de París y de los largo recorrido Intercités, así como uno de cada cinco regionales (TER), mientras que el tráfico internacional se ve “muy afectado”.
La huelga, a la que se han sumado los partidos de oposición de izquierda, además de la ultraderecha de la Reagrupación Nacional, también tendrá una gran incidencia entre el personal educativo, con más de la mitad de los profesores movilizados, según el ministerio de Educación.
En París, el impacto será aún mayor, con un 78% de los educadores en huelga, y donde solo podrá asegurarse la apertura de tres de sus 652 colegios.
Unos 6.000 agentes, entre policías y gendarmes, estarán desplegados hoy en la capital para garantizar la seguridad de la manifestación, una movilización a. La altura de la amenaza, según el comandante de la policía de París.
Según el funcionario, ayer se desveló que se espera un millar de “Black blocs”, con intenciones “subversivas” de “desestabilizar las instituciones”, se infiltren en la manifestación parisina, como ya ocurrió el pasado 1 de mayo.
La reforma quiere sustituir los 42 regímenes que existen en la actualidad por un sistema por puntos en el que cada euro cotizado dé los mismos derechos al alcanzar la jubilación, y contempla con ello acabar con los beneficios de los que gozan trabajadores como los de la SNCF o la red metropolitana parisina de transporte.
Según una encuesta del instituto Odoxxa-Dentsu publicada por el diario Le Figaro, siete de cada diez franceses creen que la protesta está justificada.