PARÍS.— El mandatario de Francia, Emmanuel Macron, informó que Níger había acogido a una parte importante de las fuerzas restantes de la operación antiyihadista francesa Barkhane desde 2022, trasladada desde Mali.
Una junta militar aliada a Rusia en el poder en Mali rechazó firmemente la presencia francesa en su territorio. Antes del golpe del 26 de julio, Níger, una antigua colonia francesa, era uno de los últimos aliados de Francia en el Sahel.
«Estuvimos allí porque Níger nos lo pidió, también Burkina Faso y Mali, para ayudarles a combatir el terrorismo en sus territorios. Hoy, estos países han sido víctimas de golpes de Estado. Acabo de hablar con el presidente Bazoum, que ahora está detenido por llevar a cabo reformas ambiciosas», detalló Macron.
En consecuencia, Francia ha decidido «terminar la cooperación militar con Níger». Macron anunció que en «las próximas horas», el embajador francés en Níger regresará a París.
El contingente militar francés en Níger, donde Francia también tiene intereses económicos en el uranio, está distribuido en la capital, Niamey, en Ouallam al norte y en Ayorou, cerca de la frontera con Mali.
Macron anunció «una salida ordenada hacia finales de año» del contingente militar francés en Níger, estimado en alrededor de 1.500 soldados, debido al golpe de Estado que derrocó en julio al presidente Mohamed Bazoum, colocando a una junta militar al mando del país. Además, el embajador francés abandonará la capital de Níger.
«Francia ha decidido retirar a su embajador» y «poner fin a nuestra cooperación militar con Níger», declaró Macron en una entrevista con TF1 y France 2, nueve días después de acusar a Niamey de tener al diplomático como «rehén». Las relaciones entre ambos países están tensas. Francia considera al derrocado Mohamed Bazoum como el presidente legítimo, actualmente en manos de la junta militar, y hasta ahora rechazaba las demandas de los golpistas.
Macron señaló que Francia estará «siempre disponible» para ayudar a África en la lucha contra el terrorismo yihadista, siempre y cuando sea a petición de gobiernos democráticamente elegidos u organizaciones regionales. «Se acabó la era de Francia-África (un concepto geopolítico que reflejaba la influencia de París en sus antiguas colonias africanas), cuando hay golpes de Estado, no intervenimos», afirmó.