ROMA.— Los países del G7 abordan este viernes en la segunda jornada de su cumbre anual en Italia, las tensiones comerciales con China y los desafíos de la inteligencia artificial, con el papa Francisco como estrella invitada.
El objetivo de las siete democracias más ricas del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) es proteger sus industrias y evitar una guerra comercial abierta con el gigante asiático.
El G7 también busca una respuesta común al presunto apoyo de China a la expansión militar de Rusia que, según Washington, está alimentando la guerra en Ucrania.
«Los países del G7 están en sintonía en lo que respecta a China», dijo a la AFP una fuente del gobierno japonés.
La cumbre anual de este grupo, en el que también participa la Unión Europea como octavo miembro informal, se celebra este año en el lujoso resort de Borgo Egnazia, en la región de Apulia, en el sur de Italia.
Las tensiones comerciales con China van en aumento y esta semana la UE anunció planes para imponer nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos.
Pekín denunció lo que considera un «comportamiento proteccionista descarado» y no descarta presentar una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
China está acusada de subvencionar con dinero público productos como los paneles solares y los vehículos eléctricos que se venden mucho más baratos y están considerados competencia desleal.
Es una amenaza para las empresas occidentales que luchan por competir en el sector en crecimiento de la tecnología verde.
«Nos enfrentaremos a las políticas de no-mercado de China que están provocando efectos secundarios globales dañinos», dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, antes de la cumbre.
El G7 también abordará las restricciones de China a la exportación de minerales como el galio, el germanio y el grafito, fundamentales en la industria de las telecomunicaciones y para los vehículos eléctricos.