MADRID.- Este 12 de julio se celebran unas elecciones atípicas en dos regiones estratégicas del norte español: País Vasco y Galicia.
La pandemia obligó a posponer el llamado a las urnas previsto para abril y ahora los rebrotes del coronavirus amenazan con marcar la elección por una fuerte abstención, con la estrategia del país para afrontar la crisis económica que se avecina y el equilibrio de las fuerzas políticas a nivel nacional en juego.
Los centros de votación abrieron a las 09.00 hora local sin que por el momento se hayan producido ningún incidente reseñable. Estarán abiertos hasta las 20.00, hora en la que empezará el recuento.
Galicia y el País Vasco representan algo más del 10% de la población española. En estas elecciones están convocados a votar unos 2,2 millones de ciudadanos de Galicia, mientras que del País Vasco se esperan 1,7 millones de personas.
Los sondeos apuntan a que los actuales presidentes regionales pueden sobrevivir a la crisis sanitaria y mantener su postura, aunque las circunstancias podrían provocar un descenso de la participación con imprevisibles consecuencias.
Galicia está gobernada actualmente por Alberto Núñez-Feijoo, del conservador Partido Popular (PP), que busca su cuarta mayoría absoluta para afianzarse no solo a nivel regional sino tapien como una figura prominente a escala nacional.
Mientras que el País Vasco esta gobernado por Íñigo Urkullu, también del Partido Conservador Partido Nacionalista Vasco (PNV), que vuelve a partir como favorito en las encuestas aunque, como ya pasó hace cuatro años, las encuestas no anticipan una mayoría absoluta.
El diario español ABC publica este domingo que dichos comicios están aparentemente llamados a ser intrascendentes en la medida que parecen asegurados, respectivamente, reforzando la fuerza política del PNV y del PP y la invariabilidad de sus gobiernos.
No obstante, sostiene que sí son elecciones trascendentales, ya que las urnas emitirán mensajes relevantes para interpretar el grado de desgaste que puede experimentar el socialismo tras la gestión de Pedro Sánchez en la crisis sanitaria del COVID-19.
Pero sobre todo, destaca ABC, los comicios servirán para determinar el deterioro que puede estar sufriendo el partido de Pablo Iglesias, Podemos, y sus distintas marcas de “extrema izquierda” porque ello incidirá directamente en la figura del vicepresidente español; y consecuencia, en su debilitamiento o solidez como socio de la legislatura de Sánchez.
Los últimos días de la campaña estuvieron marcados por los rebrotes de COVID-19.
El pasado 5 de julio, como informó Último Cable, Galicia declaró el confinamiento de A Marita, una comarca de unos 70.000 habitantes situada en la provincia de Lugo, tras registrar un foco de contagio con más de un centenar de afectados en la zona, cifra que fue creciendo en días posteriores.
Asimismo, el País Vasco detectó un brote de unos 70 contagios en Ordizia, una localidad de 10.000 habitantes en la provincia de Guipúzcoa.
En definitiva, las urnas miden este domingo si Pedro Sánchez sufre erosión y si Pablo Iglesias, su vicepresidente, se desploma, en las primeras elecciones en la era del COVID en España.
