BANGKOK.— La Corte Constitucional de Tailandia suspendió este martes a la primera ministra Paetongtarn Shinawatra de sus funciones mientras se resuelve una causa que busca su destitución, en un duro revés para un gobierno acorralado por múltiples frentes y que lucha por su supervivencia.
El tribunal aceptó una petición presentada por 36 senadores que acusan a Paetongtarn de deshonestidad y de violar normas éticas, tras la filtración de una llamada telefónica sensible con el exlíder camboyano Hun Sen. La conversación, que tenía como objetivo desescalar una disputa territorial y la tensión militar en la frontera, generó una fuerte reacción interna.
La llamada filtrada, realizada el 15 de junio, desató una ola de indignación en Tailandia y dejó a la coalición gobernante con una mayoría ínfima, luego de que un importante partido abandonara la alianza acusando a la primera ministra de socavar la soberanía nacional. Grupos de protesta han amenazado con nuevas manifestaciones para exigir un cambio de gobierno.
Las dificultades de Paetongtarn, a solo 10 meses de asumir el cargo, reflejan la persistente lucha de poder entre la dinastía Shinawatra —de origen multimillonario— y el poderoso establishment apoyado por el Ejército. Esta disputa, que lleva ya dos décadas, ha provocado dos golpes de Estado militares y fallos judiciales que han destituido a varios primeros ministros y partidos políticos.
Paetongtarn aceptó la decisión del tribunal y se disculpó por la llamada filtrada, en la que se inclinó ante Hun Sen y criticó a un comandante del ejército tailandés, una línea roja en un país donde los militares tienen gran influencia.
“Mi intención en esa conversación filtrada, mi verdadera intención al 100%, fue trabajar por el país, preservar nuestra soberanía y salvar la vida de nuestros soldados”, dijo Paetongtarn ante la prensa.
Una crisis familiar
El liderazgo de Paetongtarn ha sido una verdadera prueba de fuego. A sus 37 años, y sin experiencia política previa, fue catapultada al poder el año pasado como la primera ministra más joven de Tailandia, luego de que la Corte Constitucional destituyera a su aliado Srettha Thavisin por una violación a las normas éticas.
Es la cuarta integrante de su familia en ocupar el cargo, y enfrenta el desafío de reactivar una economía debilitada y frenar una caída abrupta en su popularidad. Una encuesta reciente reveló que su aprobación cayó al 9,2% en junio, frente al 30,9% de marzo.
Las acciones tailandesas subieron un 1,8% tras la pausa del mediodía, impulsadas por la expectativa de que la incertidumbre política lleve al banco central a recortar aún más las tasas de interés.
Mientras la Corte resuelve su caso, el viceprimer ministro Suriya Juangroongruangkit asumirá como primer ministro interino. Paetongtarn tiene 15 días para presentar su defensa y permanecerá en el gabinete tras una reorganización que la ubicó como nueva ministra de Cultura.
Pero los problemas no son solo para ella. Su influyente padre, el magnate y exprimer ministro Thaksin Shinawatra —considerado el verdadero poder detrás del gobierno— también enfrenta serias complicaciones judiciales este mes en dos tribunales diferentes.
El polémico Thaksin compareció este martes por primera vez ante el Tribunal Penal de Bangkok por cargos de lesa majestad, una ofensa grave que puede ser penada con hasta 15 años de prisión. Thaksin niega los cargos y ha reiterado su lealtad a la monarquía.
El caso se origina en una entrevista que Thaksin concedió a la prensa en 2015, mientras estaba exiliado. Regresó a Tailandia en 2023 tras 15 años fuera del país, para cumplir una condena por conflictos de interés y abuso de poder.
Sin embargo, Thaksin, de 75 años, evitó la cárcel y pasó seis meses en detención hospitalaria por razones médicas, antes de ser liberado bajo libertad condicional en febrero del año pasado. Este mes, la Corte Suprema evaluará esa estadía hospitalaria y podría decidir su reingreso en prisión.