NUEVA YORK.- Todos los países deben implementar el embargo de armas de la ONU contra Libia, además de cortar las transferencias de armas ilegales por tierra, mar y aire que alimentan la lucha actual en el país rico en petróleo, afirmó el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
El alto funcionario hizo la apelación en un informe distribuido el lunes antes de la aprobación unánime por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución que autoriza la inspección de buques en alta mar con destino a Libia por un año más para hacer cumplir el embargo de armas.
La Operación Sofía de la Unión Europea ha sido la única operación naval regional que lleva a cabo inspecciones.
Los expertos de la ONU que supervisan el embargo de armas, los países individuales y las organizaciones regionales «todos han informado sobre transferencias ilícitas de armas y material relacionado dentro y fuera de Libia», señaló Guterres.
La implementación de todas las medidas relacionadas con el embargo de armas es «de importancia inmediata para reducir la situación actual» y es «de importancia crítica para la protección de los civiles y el restablecimiento de la seguridad y la estabilidad en Libia y la región», sostuvo además el secretario general.
La guerra civil en Libia desde 2011 derrocó y luego mató al dictador de larga data Muammar Gaddafi. El caos que siguió dio lugar a un país dividido, con un gobierno débil pero reconocido por la ONU en la capital, Trípoli, que supervisa el oeste del país, y un gobierno rival en el este alineado con el autoproclamado Ejército Nacional de Libia, dirigido por el comandante militar renegado Khalifa Haftar. Cada uno está respaldado por una serie de milicias y grupos armados que luchan por los recursos y el territorio.
Haftar lanzó una ofensiva militar a principios de abril con el objetivo de tomar Trípoli a pesar de los compromisos de avanzar hacia las elecciones en el país del norte de África. Los choques retrocedieron cuando el mes sagrado musulmán de Ramadán comenzó en mayo, pero luego se intensificó.
El coordinador político del Reino Unido en la ONU, Stephen Hickey, cuyo país patrocinó la resolución de la organización, expresó su profunda preocupación después de la votación sobre «el conflicto ahora prolongado y en aumento», que ha provocado un deterioro de la situación humanitaria y de seguridad en Libia.
«Cualquier arma que entre a Libia solo intensificará el conflicto y disminuirá las posibilidades de un alto el fuego», afirmó Hickey al Consejo de Seguridad. «Respetar el embargo de armas es solo una parte de la solución en Libia, que requiere un diálogo político completo y una reconciliación», agregó.
Gran Bretaña, Bélgica, Francia, Alemania, Sudáfrica, Costa de Marfil e Indonesia reiteraron los llamamientos a un alto el fuego y el regreso a las conversaciones políticas dirigidas por la ONU.