BEIRUT.- El primer ministro libanés designado Saad al-Hariri acusó el martes a Hezbolá, respaldado por Irán, de lo que llamó un «gran obstáculo» en los esfuerzos por formar un nuevo gobierno, e indicó que no podrá haber una solución si éste no se echa atrás.
Hezbolá, un grupo musulmán chií fuertemente armado y respaldado por Irán, ha estado presionando la demanda de uno de los seis legisladores musulmanes sunitas aliados para obtener un puesto en el gabinete. Hariri se ha negado a renunciar a uno de los escaños asignados a su partido, principalmente sunita.
«La verdad es que la formación del gobierno ha encontrado un gran obstáculo», dijo en una conferencia de prensa televisada en Beirut, seis meses después de una elección parlamentaria que provocó complejas negociaciones para formar un gobierno. «Las consecuencias que tendrá el país son responsabilidad de Hezbolá» si no se puede formar un nuevo gobierno, agregó Hariri en inglés. Dijo que si Hezbolá está tan preocupado por que uno de sus aliados sunitas ocupe un puesto en el gabinete, debería darle uno propio. Se espera que el grupo, proscrito como movimiento terrorista por Estados Unidos, tome tres ministerios en el nuevo gabinete.
Se debe formar un nuevo gobierno antes de poder avanzar hacia reformas fiscales, que el Fondo Monetario Internacional dijo en junio que son necesarias para mejorar la sostenibilidad de la deuda en el Líbano. Las reformas también desbloquearían más de 11 mil millones de dólares de fondos de donantes. El Líbano tiene la tercera deuda pública más grande del mundo como proporción de la economía, el crecimiento estancado y lo que el FMI ha dicho son vulnerabilidades crecientes en su sistema financiero. «La situación económica es vergonzosa», aseguró Hariri.
Se supone que el gabinete del Líbano debe reflejar tanto la representación parlamentaria de los principales partidos del Líbano como sus principales sectas religiosas. Los partidos rivales se han movido sobre cuántas posiciones de gabinete debe obtener cada facción en el nuevo gobierno de unidad nacional y sobre los puestos más importantes.
El líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, insistió el sábado en que a uno de sus aliados sunitas se le entregue una cartera en el nuevo gabinete. Indicó que el grupo estaría listo para volver al punto de partida para negociar un gobierno si fuera necesario. En su primera declaración pública desde el discurso de Nasrallah, Hariri dijo que no podía haber una solución al estancamiento tal como estaban las cosas y reiteró que no aceptaría la demanda de Hezbolá con respecto a la cartera del gabinete. “El gobierno es una necesidad nacional, de seguridad y social. Esta misión es para mí y para el presidente Michel Aoun», y agregó que el plan del gobierno estaría listo si Hezbolá retrocediera.