Desde enero que 25 países de Europa sufren un silencioso retroceso en su horario debido a una mala distribución en el suministro eléctrico entre Serbia y Kosovo, el cuál desembocó en una diferencia de 6 minutos y repercutió en el sistema energético continental.
¿Cómo se provocó? Mientras Serbia no lograba abastecer correctamente las demandas de energía, Kosovo gastaba más de lo que generaba y no tenía como cubrir esa demanda, lo que generó constantes desviaciones en la potencia desestabilizando a todo el continente.
Normalmente la corriente circula a una frecuencia media 50 herzios, pero se corrió a 49,996 y provocó una pérdida de 113 GWh. Actualmente la gran mayoría de los relojes están conectados a la red eléctrica y se rigen de esa frecuencia para marcar los segundos, por eso comenzaron a retrasarse paulatinamente hasta llegar a los seis minutos.
Como rápida respuesta, Kosovo se hizo cargo del desperfecto y restauró la frecuencia normal, pero tardará en normalizarse.
La Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad detectó tanto el problema como sus causas y apuntó que la solución está en manos de la política, ya que Kosovo no paga por la energía que consume y de no cambiar este hábito la falla podría repetirse.