PEKÍN.- En mayo Washington incluyó a Huawei en su lista negra, y sus proveedores comenzaron a desaparecer uno detrás de otro. Ahora la situación cambió y la compañía respira aliviada.
En ningún ámbito del negocio desarrollado por Huawei el dolor causado por la Casa Blanca ha sido tan fuerte como en la producción de smarthphones. El gigante chino corría riesgo de perder a tres suministradores claves: Google, Android y el diseñador británico de chips Arm. Pero ahora parece que esta última seguirá cooperando.
La empresa británica comunicó en mayo a su personal que debería suspender sus negocios con Huawei para poder cumplir con las restricciones de Washington. La empresa se vio obligada a hacerlo porque sus productos podían contener tecnología de origen estadounidense.
Según BBC, que citó un analista de la industria, que declaró que el veto de Arm sería “un golpe insuperable” para Huawei.
Sin embargo, una investigación interna reveló que Arm estaría exenta de la prohibición de EEUU, informaron varios medios ingleses. Un portavoz confirmó que la compañía puede suministra a Huawei su arquitectura Armc8-A ya que no esta ni otra contienen piezas de origen estadounidense.
Los directivos de ambas compañías se reunieron el 25 de septiembre en Shenzhen para reafirmar su cooperación bilateral, comunicó la revista Times.
A pesar de todas las trabas impuestas por Washington, el CEO de Huawei, Ren Zhengfei, confirmó que ahora los aparatos 5G de la empresa china pueden producirse sin tecnología procedente de Estados Unidos.
Arm no es la única empresa que seguirá cooperando con Huawei. La compañía estadounidense Qualcomm confirmó que restauraría varios suministros para Huawei, aunque destacó que había recibido autorización para ello del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Hoy por hoy, la china lidera hoy en día el desarrollo de las redes inalámbricas 5G. En mayo del 2019 Huawei apareció en la lista negra y se prohibió a las compañías tecnológicas de Estados Unidos hacer negocios con ellos.
La Casa Blanca acusa a Huawei de presunto espionaje a sus clientes y trata de convencer a los países europeos de que dejen de adquirir los equipos de la compañía china. A su vez, los CEOS de Huawei rechazan categóricamente las acusaciones de Washington.