ESTOCOLMO.- Los rebeldes hutíes rechazaron una propuesta del gobierno yemení para reabrir el aeropuerto internacional de Saná, diciendo que la oferta presentada no estaba «de acuerdo con los estándares internacionales».
El gobierno de Yemen propuso reabrir las instalaciones el viernes, pero dijo que una de sus condiciones era que los aviones fueran inspeccionados en los aeropuertos de Aden o Seiyoun, que están bajo el control de la coalición saudí-emiratí, en guerra con el movimiento chiíta.
Marwan Dammaj, miembro de la delegación del gobierno, dijo que las instalaciones en Sanaa solo se reabrirían a los vuelos nacionales para «poner fin al sufrimiento de la gente con respecto al transporte». El aeropuerto ha estado bajo el control del grupo opositor desde 2014 y ha sido bombardeado repetidamente por la alianza, con aviones, la pista y el edificio principal de la terminal sufriendo graves daños.
«Vinimos aquí para encontrar una solución para abrir el aeropuerto en Saná», aseguró Dammaj. «Lo que estamos preguntando es: ‘¿Es esto para el interés de la gente, o no?’ No estamos aquí para recompensar a los hutíes, estamos aquí por la paz», agregó.
Las partes en conflicto de Yemen están entablando reuniones en la ciudad sueca de Rimbo desde el jueves para conversaciones dirigidas a discutir formas para poner fin a los enfrentamientos que han matado a aproximadamente 56.000 personas y dejado a 22 millones en necesidad de asistencia humanitaria. El enviado especial de las Naciones Unidas para Yemen, Martin Griffiths, está tratando de introducir un conjunto de medidas de fomento de la confianza, incluidos los canjes a gran escala de prisioneros, las negociaciones sobre un alto el fuego en Hudaida y la reapertura del aeropuerto internacional de la capital.
El jefe de la delegación rebelde en las conversaciones de paz, Mohammad Abdul Salam, rechazó la propuesta del gobierno y reclamó que «el aeropuerto debería abrirse de acuerdo con las normas internacionales», y agregó que los rebeldes «no aceptarán inspecciones».