PEKÍN.— En un año excepcional para los mercados emergentes, los mejores rendimientos fueron para los inversores que apostaron por índices regionales y dejaron de lado los referenciados a Asia que dominan los benchmarks globales.
Mientras que el índice más seguido de acciones de países en desarrollo, el MSCI Emerging Markets, está superando al S&P 500 por primera vez desde 2017, los subíndices de América Latina y Europa del Este registran rendimientos hasta cuatro veces superiores.
Esto se debe a que los índices globales están dominados por empresas asiáticas, la región más afectada por las amenazas arancelarias del expresidente Donald Trump, y la que peor desempeño ha mostrado dentro de un año por lo demás sobresaliente para esta clase de activos.
De los 167 fondos de acciones de mercados emergentes con mandato global, solo cuatro lograron retornos superiores al 20% en lo que va del año, mientras que el índice de referencia sube apenas un 14%. En contraste, el subíndice de América Latina del MSCI sube 25%, y el de Europa del Este, un notable 45%. A modo de comparación, el S&P 500 avanza menos del 5%.
Buscar rendimientos superiores a los benchmarks tradicionales a través de fondos regionales o específicos por país —o fondos que excluyen a China— ha sido una estrategia cada vez más popular en Wall Street en los últimos años, como alternativa ante el rezago persistente de los emergentes frente al mercado estadounidense. Este año, la apuesta está dando frutos, con fondos regionales como el fondo de Europa del Este de Barings y el fondo de América Latina de Schroders liderando el ranking, beneficiados por un dólar más débil y monedas más fuertes en sus regiones respectivas.
“Estamos en un mundo distinto, y hoy es más fácil desagregar la exposición global”, dijo Dina Ting, directora de gestión de carteras indexadas globales en Franklin Templeton. “Ahora los números lo demuestran: esta estrategia rinde, especialmente frente a los aranceles específicos por país” aplicados por EE.UU.
Aunque se esperaban diferencias regionales en rendimiento, el subíndice asiático también supera a EE.UU. con un alza del 12% en el año. Sin embargo, la brecha de desempeño con otras regiones es impactante: las acciones emergentes europeas tienen su mejor primer semestre desde al menos 1996, y América Latina alcanza su mayor rendimiento desde 2009.
Pero quienes invierten en los índices globales apenas tienen exposición a estas regiones.
Asia, sobrerrepresentada
Las empresas asiáticas representan alrededor del 80% del índice MSCI de mercados emergentes, con China sola aportando más del 25%. En comparación, los pesos pesados latinoamericanos como Brasil y México juntos suman apenas un 6%, y el país con más peso de toda la región de Europa, Medio Oriente y África es Sudáfrica, con menos del 3%.
Eso deja a los inversores del benchmark global con apenas 1,5% de exposición a Europa del Este, quedando fuera de repuntes bursátiles como los de Eslovenia, Polonia, Hungría y República Checa, todos con alzas de entre 40% y 55% en dólares desde comienzos de año.
El índice global de emergentes también está concentrado en pocas empresas. Solo Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC) representa el 10% del total. Si se suman Tencent, Alibaba y Samsung Electronics, el peso alcanza el 20%. En contraste, el valor individual más ponderado del índice de mercados desarrollados, Nvidia, tiene un peso inferior al 5%.
El lunes, el índice MSCI EM de Europa del Este subió 0,8%, acumulando tres días al alza, mientras que el índice global bajó 0,5% debido a la caída de 2,5% de TSMC en dólares.
Para los inversores preocupados por las tensiones comerciales, la exagerada exposición de los benchmarks de emergentes a economías exportadoras asiáticas genera cada vez más inquietud.
“La fractura entre China y EE.UU. va a empeorar”, advirtió Teeja Boye, gestora de portafolios en Sands Capital Management. “Aunque ambos países intentan estabilizar la relación, desde la perspectiva del inversor, los próximos 12 a 18 meses serán clave para diversificarse”.
Auge europeo
En cambio, los mercados de Europa del Este se beneficiaron del impulso más amplio en las bolsas europeas, a medida que los inversores se alejaban de EE.UU. por la debilidad del dólar, el crecimiento de la deuda y la incertidumbre política, factores que además llevaron a la Unión Europea a prometer un aumento significativo del gasto militar.
Tras las pérdidas sufridas en 2024, los mercados latinoamericanos también repuntaron: México avanzó al acercarse a un acuerdo comercial con EE.UU., mientras que la política monetaria en Brasil dio impulso a los rendimientos de la renta variable.

