Inmigrantes van al norte, armas hacia el sur

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CIUDAD DE MÉXICO.- Entre los inmigrantes que intentan o cruzan la frontera desde México hacia los Estados Unidos, hay miles que están huyendo de la violencia de las pandillas y de los narcotraficantes de su país. Regularmente, el arma con que se los intimida es de fabricación estadounidense. 

El flujo de drogas e inmigrantes hacia Estados Unidos está muy bien documentado desde hace décadas y resurge constantemente en el debate político de México y Estados Unidos. Pero en cambio, no se presta tanta atención al contrabando de armas desde los estados fronterizos hacia el sur de la región. 

Según un informe de la Universidad de San Diego con fecha de 2013, el número de armas enviadas desde Estados Unidos es tan grande que casi la mitad de los vendedores minoristas de armas en Norteamérica usan esa modalidad para mantenerse a flote. Cada año, se compran en Estados unidos un promedio de 253.000 armas de fuego para enviarlas a México. 

Al llegar a territorio azteca, las armas acaban en manos de los carteles dedicados al narcotráfico o van a las pandillas de Honduras, Guatemala y El Salvador, países convulsionados por una epidemia de violencia armada. 

Por ejemplo, los asaltos armados en el transporte público son habituales en Honduras, donde casi la mitad de las armas no registradas provienen de Estados Unidos, según la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos. En El Salvador la violencia prevalece al punto de que se registra en promedio una balacera por día entre la policía y las pandillas, según un criminólogo especializado. 

México registró el año pasado la cifra más alta de homicidios en casi 20 años, con más de 31.000 muertos. En los primeros cinco meses del año hubo en promedio 88 homicidios por día. 

La violencia sin límites en Guatemala, El Salvador y Honduras ha sido una de las principales causas de migración hacia Estados Unidos, donde casi 16.000 familias cruzaron la frontera en agosto, según el gobierno norteamericano. 

Grupos partidarios y a favor de control de armas sostienen que esto genera un gran problemática ya que el gobierno exporta la violencia pandillera a América Latina con sus leyes permisivas, lo cual a su vez produce una crisis de migración en la frontera. 

Adam Skaggs, abogado de Gffords Law Center, aseguró que “si el gobierno del presidente Trump realmente quisiera detener el flujo de refugiados que huyen de la violencia en Latinoamérica y México hacia el norte, tomaría medidas contra el tráfico de armas hacia el sur que alimenta a buena parte de esa migración” sostuvo.