RÍO DE JANEIRO.- La intervención militar en el estado más emblemático y turístico de Brasil cumplió este jueves seis meses en un ambiente de incertidumbre sobre la eficacia de la medida, que supuso que la cartera de Seguridad regional quedara en manos del Ejército.
Michel Temer, presidente de Brasil, firmó el 16 de febrero el decreto que autorizó la intervención del gobierno central en la Seguridad Pública del estado de Río de Janeiro hasta el 31 de diciembre próximo. La intervención se debió a la creciente ola de robos y violencia durante las fiestas del Carnaval que atraen anualmente a miles de turistas. Así como también el aumento de homicidios, en Río se registraron alrededor de 7.000 homicidios en 2017 según datos oficiales.
A seis meses de el inicio de la intervención los resultados cuestionan la medida, a la que el gobierno destinó 1.200 millones de reales, unos 310 millones de dólares. En Río se registró entre el 16 de febrero y el 15 de agosto unos 4.895 tiroteos, según los datos de la aplicación Fogo Cruzado.
Esta cifra de tiroteos representa un aumento del 59,7% en comparación con la registrada en el mismo período del año pasado. Los tiroteos se reportaron en la capital de Río de Janeiro y en su área metropolitana.
Maria Couto, gestora de datos de Fogo Cruzado, señaló que “la intervención militar se volvió un agente agravante más de la violencia en Río de Janeiro, con operaciones extremamente belicosas y muchas víctimas”. Este tipo de operaciones ha dejado un saldo de 130 víctimas mortales lo que significa un aumento de 183% en los decesos comparado con el mismo periodo de 2017.
En cuanto a los casos de homicidios dolosos en el lapso de referencia, pasaron de 2.606 a 2.626, los homicidios en operaciones policiales aumentaron de 448 a 783 y el número de robos en general pasó de 118.351 a 119.064.