Irán abre inscripciones para la presidencial del 28 de junio

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TEHERÁN.— Irán abrió este jueves el período de inscripción de candidaturas a la elección presidencial, adelantada al 28 de junio por la reciente muerte en un accidente de helicóptero del mandatario ultraconservador Ebrahim Raisi.

«La inscripción de los candidatos a la 14ª elección presidencial comenzó a las 08H00 (04H30 GMT) hasta las 18H00 (14H30 GMT) en el ministerio del Interior, y continuará durante cinco días», indicó la agencia de prensa oficial Irna.

La elección presidencial estaba inicialmente prevista en la primavera de 2025, pero se vio adelantada al 28 de junio por la muerte de Raisi en un accidente de helicóptero el pasado 19 de mayo en el noreste de Irán. En el siniestro fallecieron otras siete personas, entre ellas el ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian.

«En las primeras horas del jueves, unas treinta personas se presentaron en el Ministerio del Interior», pero «ninguna reunía las condiciones de base para ser candidata», indicó un funcionario a la televisión estatal.

Según la ley electoral iraní, los candidatos deben tener entre 40 y 75 años de edad y ser titulares de al menos un máster universitario. No es obligatorio que sean clérigos.

En Irán, los principales candidatos de las corrientes políticas se inscriben en general en los últimos días del plazo.

Conformemente a la Constitución, el guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei, máxima autoridad del Estado, encargó al presidente interino Mohammad Mojber organizar de manera urgente esta elección presidencial.

Las candidaturas deberán ser luego validadas, hasta el 11 de junio, por el Consejo de los Guardianes de la Constitución, un órgano no electo dominado por los conservadores y encargado de supervisar el proceso electoral.

En 2021, esta instancia invalidó las candidaturas de numerosas personalidades reformistas y moderadas, lo que permitió a Ebrahim Raisi, el candidato de la corriente más conservadora, ser fácilmente electo en la primera vuelta.

No obstante, la participación fue de apenas el 49%, la más baja en una presidencial celebrada en Irán desde la revolución islámica de 1979.

La elección será seguida muy de cerca, por el rol fundamental de Teherán en Oriente Medio y su programa nuclear.