Irán ejecuta al segundo condenado por protestas

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Pena de muerte

TEHERÁN.— Las autoridades persas ejecutaron en público al detenido que fue condenado a la pena capital por matar a dos agentes de seguridad a pesar de la lluvia de críticas que recibió la nación islámica la emanada pasada tras haber ejecutado al primer sentenciado.

Majid Reza Rahnavard, que fue sentenciado a muerte el 29 de noviembre por asesinar con arma blanca a dos agentes de seguridad y herir a otros cuatro», fue ejecutado en público en la ciudad de Mashhad, informó este lunes la agencia oficial del Poder Judicial de Irán, Mizan Online.

El condenado había sido detenido por el delito de «guerra contra dios» cuando intentaba huir del país.

 Rahnavard fue arrestado el 19 de noviembre, acusado el 24 y su juicio se celebró el 29, mismo día en el que fue condenado a muerte, después de supuestamente confesar sus crímenes, según Mizan.

Irán se vive a una ola de protestas que comenzaron por la muerte, el pasado 16 de septiembre, de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años fallecida tras su detención por la policía de la moral por supuestamente infringir el estricto código de vestimenta de la República Islámica.

Otros nueve participantes en las protestas han sido condenados a muerte. La primera ejecución se realizó el jueves. Mohsen Shekari, de 23 años, había sido condenado a muerte por bloquear una calle y herir a un paramilitar al inicio de las manifestaciones.

El anuncio de su ejecución provocó múltiples condenas en el exterior y de las Naciones Unidas. La Unión Europa prevé dar luz verde este lunes a nuevas sanciones contra responsables iraníes de violaciones de los derechos humanos, tras criticar duramente la ejecución de Shekari la semana pasada.

El alto comisionado para los derechos humanos de la ONU, Volker Türk, consideró que la ejecución del joven tenía como objetivo asustar a los manifestantes.

En los casi tres meses de protestas han muerto más de 400 personas (aunque las autoridades han confirmado una cifra menor) y al menos hay 15.000 detenidos, según la ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo.