TEHERÁN.— Irán ejecutó a más de 100 personas en los primeros tres meses de 2022, con lo que sumarían al menos 670 los fallecidos a manos del Gobierno islamista desde 2020, según un informe del secretario general de las Naciones Unidas.
Asimismo, otras 260 personas fueron ejecutadas en 2020 y al menos 310 en 2021, dijo la Alta Comisionada Adjunta de la ONU para los Derechos Humanos, Nada Al-Nashif.
La funcionaria presentó el último reporte del secretario general, António Guterres, sobre Irán, al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, un órgano político compuesto por 47 miembros elegidos que pueden autorizar investigaciones.
«El Secretario General está profundamente preocupado por el aumento de las ejecuciones, incluso por delitos relacionados con las drogas», señaló Al-Nashif.
Cabe destacar que el representante de Irán en el Consejo rechazó el informe, argumentando que contenía «afirmaciones sin fundamento» y «acusaciones falsas».
El informe citó datos recogidos por organizaciones no gubernamentales, según los cuales 310 personas fueron ejecutadas en 2021, frente a las 260 de todo el año anterior. En los tres primeros meses de 2022, fueron ejecutadas al menos otras 105 personas, de acuerdo con el documento.
Los delitos capitales en Irán incluyen las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, la rebelión armada y la «difusión de la corrupción«.
Muchas personas ejecutadas recientemente eran delincuentes vinculados a las drogas, incluidos varios inmigrantes afganos, según el informe.de drogas, entre ellos varios inmigrantes afganos, según el informe.
Las cifras de la ONU muestran que cientos de miles de afganos huyeron a Irán el año pasado durante una gran agitación en su país que llevó a los talibanes islamistas a tomar el poder en agosto.
Entre varios casos señalados en el informe se menciona el del poeta y defensor de derechos humanos.
Baktash Abtin, que murió en enero tras contraer COVID-19 en prisión. Abtin había sido encarcelado por «cargos de seguridad nacional».
«La magnitud de las muertes durante la detención, tanto como resultado de violencia y malos tratos por parte de los funcionarios, como por la falta de atención médica, es muy preocupante», afirmó Al-Nashif.