TOKIO.- Japón suspendió a partir de este lunes las entradas de extranjeros no residentes en el país hasta fines de enero para evitar la propagación de una nueva cepa de COVID-19.
“Tomamos estas medidas por adelantado para proteger la vida de nuestros ciudadanos”, aseguró el primer ministro nipón, Yoshihide Suga, en una comparecencia ante la prensa.
Los ciudadanos japoneses y los residentes extranjeros provenientes de países y territorios donde se confirme la nueva cepa del SARS-CoV-2 tendrán que presentar resultados negativos de las pruebas dentro de las 72 horas posteriores a la salida y someterse a otro teste a su llegada al país.
Los empresarios y estudiantes de 10 países asiáticos, entre ellos la China continental, Corea del Sur y Taiwán, con los que Japón mantiene acuerdos para aliviar las restricciones de viaje, no se verán afectados por la nueva medida, aseguró la agencia de noticas Kyodo.
Tras la confirmación por parte del Reino Unido el pasado 19 de diciembre de una nueva cepa del coronavirus, se confirmaron casos importados en más de 20 países.
En Japón, ocho personas han sido diagnosticadas hasta ahora con la variante británica del coronavirus, entre ellos un piloto de aerolínea que regresó de Londres el 16 de diciembre y una de sus familiares sin antecedentes de visitas al Reino Unido.