WASHINGTON.- Las autoridades jesuitas de Estados Unidos, una congregación que gestiona numerosas instituciones educativas en ese país, publicaron este lunes los nombres de decenas de sacerdotes involucrados en “acusaciones creíbles” de pedofilia que datan desde 1950.
La lista de 89 nombres se suma a la publicada hace unas semanas por otras agrupaciones territoriales de la orden, con la que la cantidad de sacerdotes involucrados en supuestos abusos aumenta a 200.
La Compañía de Jesús, a la cual pertenece el papa Francisco, continúa el camino de numerosas diócesis del país que abrieron sus archivos después de la publicación en agosto de un informe estremecedor sobre los abusos cometidos por prelados en Pensilvania, Estados Unidos.
De acuerdo al documento, la mayoría de los abusos tuvo lugar en los estados de Maryland, Pensilvania, Georgia, Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey. El último caso de abusos registrado por la institución data de 2002, mientras que el resto es de hace décadas. En uno de los listados, aparece el cura de la Congregación Jesuita de Chile, Jaime Guzmán, que trabajó en Pensilvania y Carolina del Norte entre 2004 y 2018.
La Compañía de Jesús detalló que ha decidido hacer pública ahora esta información porque “las reciente revelaciones sobre abusos sexuales a menores por curas están llevando al Pueblo de Dios a esa con razón una mayor rendición de cuentas por parte del liderazgo de la iglesia”.
En ese sentido, “estamos publicando esta información para proporcionar esa clase de transparencia. Vemos esta publicación como parte de nuestro compromiso ahora para evitar los abusos y esperamos que contribuya al proceso para restaurar la verdad”, aseveró la Compañía.
La institución aseguró que tan pronto como recibe la notificación de algún supuesto abuso se lo cínica a las autoridades de seguridad y, a su vez, abre pesquisas internas. Por su parte, el implicado es apartado de sus funciones a la espera de que concluya la investigación,mientras que se ofrece “servicios pastorales y terapéuticos a las víctimas”.
Asimismo, si se demuestra que las acusaciones son ciertas, el jesuita acusado es separado del “ministerio público y vive dentro de un Plan de Seguridad en un ambiente estrictamente vigilado no asociado a ninguna institución jesuita”, destacó la organización.
La Provincia de Maryland de la Compañía de Jesús aseveró que tiene “una política de tolerancia cero” y apuntó que lleva adoptando protocolos desde 2003 para evitar este tipo de casos.