PUERTO PRINCIPE.- El presidente de Haití, Jovenel Moise, rompió el silencio tras una semana de violentas protestas en ese país caribeño. “No dejaré el país en manos de pandillas armadas y traficantes de drogas”, dijo en televisión estatal.
Mientras tanto, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la retirada de su personal “no esencial” de Haití y advirtió a sus connacionales de abstenerse a viajar a la nación plagad de disturbios y violencia.
Los manifestantes exigen a Moise que renuncie por un escándalo que se centra en el fondo Petrocaribe, en virtud del cual Venezuela suministró petróleo a Haití a precios reducidos y en condiciones crediticias y fáciles durante años.
Un informe publicado en enero sobre el uso indebido del dinero, se nombró a una compañía que Moise encabezo como beneficiario de fondos de un proyecto de construcción de carreteras que nunca tuvo contrato firmado.
Las manifestaciones llamadas por la oposición, con presencia de trabajadores y los más pobres en las calles, exigen la inmediata salida del presidente cuando aún le faltan 36 meses para culminar su gestión.
Asimismo, las manifestaciones se producen en medio de una severa crisis económica, que se agravó este año por una fuerte depreciación del gourde, la crisis económica de Haití ha provocado el aumento en los precios de la canasta básica, escasez de gas, agua potable, medicamentos y la crisis de electricidad derivó en escasez de gasolina.
La economía de Haití, donde más de la mitad de los 10 millones de habitantes sobrevive con menos de dos dólares diarios, creció apenas 1,4% en 2018, una de las más bajas de la región y muy por debajo del 2,2% que se pronosticó a principios del pasado año y que después fue reducido al 1,8%.