PYONGYANG.— Al presidir el 10 de abril una reunión de la Comisión Militar Central del Partido de los Trabajadores de Corea, Kim planteó la necesidad de expandir la disuasión cada vez más de prisa, y de una manera «más práctica y ofensiva», como «medida de control y gestión más estrictos de la seguridad en proceso de continuo deterioro» en la península de Corea.
Durante la reunión se habló de medidas prácticas para preparar «varias propuestas de acción militar» que el enemigo no pueda contrarrestar con los medios disponibles.
Desde el 7 de abril, Corea del Norte no responde a las llamadas del Sur por los canales de enlace establecidos entre ambos países.
La intensificación de la actividad militar conjunta de Washington y sus aliados regionales, Seúl y Tokio, provoca a Pyongyang que ha realizado seis lanzamientos de misiles balísticos en lo que va de 2023. Según la Cancillería norcoreana, EEUU y Corea del Sur planean organizar este año más de 20 entrenamientos militares conjuntos.
Kim Jong-un enfatizó la necesidad de aumentar la capacidad disuasoria de su país. Según él, esto debería hacerse de manera práctica y ofensiva para permitir un control y gestión más estrictos del panorama de seguridad en la península de Corea, que según él está empeorando.
En la reunión, también se discutió la necesidad de preparar varias propuestas de acción militar para asegurar que el enemigo no pueda contrarrestar un posible ataque.
Las imágenes publicadas por KCNA muestran a Kim Jong-un señalando un mapa que, aunque está emborronado intencionalmente, parece ser de Corea del Sur. En particular, el líder norcoreano parece estar señalando el área donde se encuentra Camp Humphreys, la mayor base estadounidense en Corea del Sur, situada a unos 60 kilómetros al sur de Seúl.