PYONGYANG.- El líder norcoreano Kim Jong-un inauguró la nueva ciudad de Samjiyon, una obra monumental en los confines del país, situada cerca monte Paektu, cuna legendaria de la Nación coreana, informó este martes la agencia estatal KCNA.
El Gobierno invirtió unas sumas colosales en el titánico proyecto, todavía inacabado, de la reconstrucción de esta ciudad, que anteriormente fue la capital de un condado fronterizo con China y en la que nació, según la propaganda coreana, Kim Jong-il, padre del actual líder norcoreano.
Además de un museo sobre la revolución y de un estadio para deportes de interino, el proyecto incluye una nueva línea de ferrocarril hasta Hyesan, 10.000 viviendas y una fábrica de tratamiento de arándanos y patatas, los dos recursos más importantes de esa zona.
Kim Jong se implicó en esta obra, que visitó varias veces. Hace poco mandó que lo fotografiaran a lomos de un cable blanco en el monte Paektu.
Kim “se entregó en cuerpo y alma para hacer del condado de Samjiyon, lugar sagrado de la revolución, una utopía urbana del socialismo”, señaló una nota de la agencia oficialista KCNA.
El medio estatal aseguró que la ciudad, que tiene capacidad para 4.000 familias, cuenta con nuevos apartamentos y una pista de esquí, entre otras instalaciones.
No obstante, críticos del régimen norcoreano afirman que la construcción fue llevada a cabo por personas sometidas a trabajo forzado.
El pueblo, si es que realmente esta a la altura de lo que dicen los medios locales, sería una excepción en Corea del Norte, donde la mayoría de la población vive en la pobreza y en malas condiciones de vida.
El periódico de Internet Dayly NK, publicado por refugiados norcoreanos desde Seúl, Corea del Sur, informó en agosto que las personas que viven en el área se vieron obligadas a ayudar a construir la nueva ciudad junto con trabajadores de la construcción enviados desde todo el país, citando fuentes de la provincia.
Corea del Norte es blanco de múltiples sanciones de la comunidad internacional a causa de su carrera armamentista que lastra su economía. Sin embargo, KCNA presentó la nueva ciudad como una muestra de la resiliencia del país.
La inauguración coincide con un momento de estancamiento en las negociaciones con la Casa Blanca, tras el desastre de la cumbre de Hanoí entre Kim y Donald Trump, en febrero pasado.
