La cuarentena tumbó el mito de que el teletrabajo no funciona

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BUENOS AIRES.- Un estudio de la consultora Isonomía reveló que el 83% de los trabajadores argentinos aceptaría mantener o incrementar sus horas de teletrabajo después de la cuarentena.

“Fue un estudio que se hizo a nivel nacional. Fueron más de 6 mil casos en donde terminamos encuestando tanto a empleados de grandes empresas como de medianas y chicas, incluyendo a CEO como a empleados con y sin gente a cargo, encarando este momento que se fio por la situación que estamos viviendo”, aseguró el director de Isonomía, Juan Germano, al medio local Cadena 3.

Mientras en algunas zonas del país austral ya se transita la fase 5 de reapertura económica, con actividades recreativas, comercios abiertos y reuniones familiares en grupos reducidos, en otras la batalla continúa y se espera un largo período de confinamientos intermitentes.

Esto traduce que quienes están hoy autorizados para retomar sus puestos laborales presencialmente, quizás tengan que retroceder mañana, si el número de contagios aumenta desmedidamente y las camas de terapia intensiva no dan a basto.

En ese sentido, una de las pocas certezas para trabajadores y empleadores es que las personas que pudieron continuar realizando sus tareas remotamente lo seguirán haciendo hasta que el panorama se presente mucho más estable.

Y esto no es solo así debido a una emergencia o por algún tipo de disposición, sino porque el teletrabajo es uno de los pocos factores en los que el beneficio fue superior a la inversión y se obtuvieron resultados realmente óptimos, que dieron seguridad en la coyuntura actual.

Más aún, según el último sondeo de Spot Covid-19 de Mercer en Argentina, realizada del 25 al 30 de junio entre 260 organizaciones que operan en el país, casi la mitad de empresas consideran que operar bajo la modalidad de teletrabajo no tuvo ningún impacto negativo en la productivad de sus equipos.

El 48% votó por esa opinión neutral, mientras que el 15% aseguró, por el contrario, que la productividad aumentó gracias a la implementación del home office “a la fuerza” durante el confinamiento.

Solo el 3% de las firmas reveladas vio una disminución de la productividad mientras que el resto (34%) consideró que no es posible aún evaluar esos resultados.

Sin embargo, algunos consultores van inclusive más allá, y aseguran que este experimento social del trabajo a distancia en plena pandemia no solo redujo la productividad sino que trajo beneficios inesperados.

“Para nuestra sorpresa, lo que tuvimos como resultado fue un aplísimo nivel de popularidad y aceptación de esta modalidad, inclusive en una situación tan particular como el confinamiento”, aseveró Juan Germano.

Según el estudio, el 70% de los empleados consultados consideran el trabajo a distancia como una herramienta adecuada para conciliar la vida personal con la laboral.

Los trabajadores también perdieron un poco y ganaron otro con la implementación del trabajo a distancia de forma masiva. En principio, para muchos fue la mejor alternativa para proteger su salud de un posible contagio de coronavirus y lograron mantener una mejor relación entre la vida laboral y la personal. Para otros, esa combinación fue la peor receta.

Algunos se ahorraron el tiempo de traslado hasta su lugar de trabajo así como los costos, aunque en muchos casos esas horas de más se tradujeron en más horas de trabajo.

El 42% le dedica más horas al trabajo desde su casa que en la oficina. Sin embargo, 6 de cada 10 afirman que trabajan mucho más relajados desde su casa que en la oficina, sostiene un estudio de la consultora Adecco.

Al final de cuentas, el saldo es positivo: 8 de cada 10 argentinos les gustaría continuar trabajando desde sus hogares cuando todo vuelva a la normalidad.