La polémica reforma constitucional de Tsipras

0
134

ATENAS.- El primer ministro griego, Alexis Tsipras, presentó ayer un borrador para reformar la Constitución el cuál limitará a dos el número de mandatos consecutivos, entre otras medidas. El objetivo central es restaurar la credibilidad del sistema político y fortalecer la soberanía popular.

«Ya es hora de hacer las reformas necesarias para recuperar la confianza de los ciudadanos en el sistema político, y de profundizar el poder popular y la democracia», afirmó el ministro al presentar el proyecto ante sus compañeros parlamentarios.

El objetivo de reducir los mandatos, medida que afectará tanto a diputados como al primer ministro, es desterrar el clientelismo político, facilitar la persecución legal de diputados y ministros y en consecuencia, luchar contra la corrupción.

Además de achicar el número de mandatos, Tsipras planea varias medias como introducir un sistema electoral proporcional y facilitar la designación del presidente de la República, aunque no brindó más detalles al respecto.

En el prime caso, la media se combinará con la posibilidad de aplicar una moción de censura constructiva, la cual obligará a los partidos que desconfíen de un primer ministro proponer un candidato como sucesor. En el segundo, desea que la tarea de elegir al presidente de la República deje de ser exclusiva del Parlamento y pase a ser una decisión del pueblo.

Lo más probable es que la Cámara rechace esta última idea, por lo que funcionario propuso dos vías para abordarlo: que el pueblo elija directamente entre los dos candidatos más votados o que el Parlamento designe al nuevo mandatario en una tercera votación, pero solo con mayoría absoluta.

«En nuestra opinión, los primeros ministros deben ser elegidos por el pueblo y deben rendir cuentas al pueblo y exclusivamente a él», opinó Tsipras. Más allá del deseo de aplicar una democracia directa, con este cambio se evitaría tener convocar elecciones anticipadas ante la indecisión del Parlamento, tal como pasó en el año 2014.

Por otra parte, quiere introducir la posibilidad de convocar consultas populares para proyectos que nazcan desde los ciudadanos y renovar la relación entre el Estado y la iglesia católica.