BRUSELAS.-La Comisión Europea puso en marcha este miércoles el proceso de ratificación del acuerdo comercial con los países del Mercosur, un tratado que enfrenta la resistencia de Francia y Polonia y que deberá contar con el visto bueno de los 27 Estados miembros y del Parlamento Europeo.
La validación realizada hoy por los comisarios europeos constituye el primer paso antes de que el texto sea sometido a la aprobación de los gobiernos nacionales y de los eurodiputados en los próximos meses.
El acuerdo, concluido en diciembre pasado tras un largo proceso de revisión legal y negociaciones, busca impulsar el comercio entre la Unión Europea y Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
La UE obtendría mayores facilidades para exportar automóviles, maquinaria y bebidas alcohólicas, mientras que Mercosur tendría un acceso más amplio para vender carne, azúcar, arroz, miel y soja, con el consiguiente riesgo de debilitar a ciertos sectores agrícolas europeos.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, defendió el pacto como “beneficioso para todas las partes, con ventajas significativas para consumidores y empresas”.
Sin embargo, las críticas desde el sector agrícola europeo no se han hecho esperar. El principal sindicato francés, la FNSEA, advirtió esta semana que “la lucha continúa” e instó al presidente Emmanuel Macron a frenar la ratificación. En paralelo, el vicepresidente del Gobierno polaco, Władysław Kosiniak-Kamysz, aseguró que su país está “luchando por formar una minoría de bloqueo” para impedir que el tratado entre en vigor.
Varsovia sostiene que las reducciones arancelarias y cuotas previstas son demasiado altas y que el acuerdo “expulsaría productos polacos del mercado europeo”. Tanto el primer ministro, Donald Tusk, como el ministro de Agricultura y el presidente del Instituto de la Memoria Nacional, Karol Nawrocki, han advertido que el pacto representa “una amenaza” para el sector avícola y vacuno de Polonia y, en general, para su agricultura.
Francia y Polonia ya confirmaron que votarán en contra, mientras que la posición de Italia será clave para definir el desenlace. Según cálculos de Bruselas, se necesita una mayoría cualificada de al menos 15 Estados miembros, que representen el 65% de la población de la UE, además de la aprobación del Parlamento Europeo, para que el acuerdo quede ratificado.
Bruselas espera alcanzar ese respaldo antes de que termine 2025, aprovechando que la presidencia rotatoria del Mercosur está en manos del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
El proceso se desarrolla en un contexto político especialmente delicado en Francia, donde el gobierno de François Bayrou enfrenta una moción de confianza que podría precipitar su caída el próximo lunes.

