Las cinco claves de las elecciones legislativas británicas

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LONDRES.— La campaña para las elecciones británicas del 4 de julio se ha centrado en cinco temas que dividen a los conservadores, en el poder desde 2010, y a los laboristas, quienes lideran las encuestas.

El primer ministro conservador, Rishi Sunak, ha priorizado el control de la inmigración en su gobierno y campaña. Este tema es crucial para el Partido Conservador, especialmente con el ala derecha del partido pidiendo medidas más estrictas y el partido de extrema derecha Reform UK tratando de atraer a sus votantes.

Sunak, descendiente de inmigrantes indios, ha implementado varias medidas para reducir la inmigración y prometió acabar con la llegada de inmigrantes irregulares, muchos cruzando el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones.

Propuso deportar a Ruanda a los solicitantes de asilo que lleguen de forma irregular, un proyecto que aún no se ha concretado y que retomaría si gana las elecciones. Los laboristas también consideran alta la inmigración y han prometido combatir a las bandas de contrabandistas de personas.

Los británicos continúan sufriendo el aumento del costo de vida desde 2022, con facturas de energía, precios de alimentos, hipotecas y alquileres en alza. Sunak se enorgullece de haber reducido la inflación del 11% al 2%, pero no logró reactivar el crecimiento económico como prometió, y el país cayó en recesión el año pasado, saliendo de ella en el primer trimestre de 2024.

En su presupuesto de marzo, el gobierno conservador anunció nuevos recortes de impuestos como medida electoral. Los laboristas, históricamente criticados por su falta de soluciones económicas, buscan ganar el apoyo empresarial centrando su campaña en la prudencia presupuestaria y reduciendo sus planes de gasto. Acusan a los conservadores de «destruir» la economía con el presupuesto del último trimestre de 2022 de la ex primera ministra Liz Truss, que causó un aumento de los tipos de interés, afectando a la libra.

Bajo el gobierno conservador, el Reino Unido se comprometió a la neutralidad de carbono para 2050, pero Sunak ha enfurecido a los ecologistas al retroceder o cambiar de estrategia varias veces. Aplazó la prohibición de venta de automóviles de gasolina y diésel de 2030 a 2035 y concedió numerosas licencias para la explotación de hidrocarburos en el Mar del Norte.

Los laboristas, que prometen un «Reino Unido más verde», tuvieron que reducir su ambicioso programa de gasto anual de 28.000 millones de libras (35.825 millones de dólares) en infraestructuras ecológicas, tras ser acusados de no poder financiarlo. Sin embargo, siguen comprometidos con lograr «energía 100% limpia» para 2030 y quieren crear una nueva empresa pública para ello.

El sistema de salud pública, el NHS, enfrenta dificultades con consultorios y hospitales sobrecargados y huelgas de personal exigiendo aumentos salariales tras años de inversión insuficiente. A pesar de una significativa financiación, unos 7 millones de personas seguían esperando tratamientos a finales de diciembre, muy por encima de los niveles pre-pandemia. Los laboristas han prometido reducir estas listas de espera y reformar el sistema, ya que consideran que la financiación no es el único problema.

Según estadísticas oficiales, la inseguridad está disminuyendo en Inglaterra y Gales, pero sigue siendo una de las principales preocupaciones de los votantes. Sunak intenta mostrar control citando el historial de los gobiernos conservadores, mientras que el líder laborista, Keir Starmer, propone poner más policías en las calles, señalando un aumento del 70% en ataques con arma blanca desde 2015, cifras ampliamente difundidas por la prensa del país.